La Oferta

March 29, 2024

Armando Ramírez – Leer a sus hijos por lo menos media hora diaria

Está comprobado, estadísticamente, que los niños a los que les leen desde muy temprana edad, se desarrollan mejor en la escuela. Armando Ramírez conoce la importancia de la lectura en los niños y él desempeña esta tarea en la

Armando Ramírez
Armando Ramírez

Biblioteca de Half Moon Bay. Antes trabajó dos años en la Biblioteca Latinoamericana de San José, lugar donde dejó bellos recuerdos entre sus pequeños amigos y estudiantes de la Escuela Washington.

Ramírez labora los siete días de la semana y entre sus muchas actividades está el trabajar, en sus días de descanso, en la Biblioteca de San Mateo. Además, logró fundar una biblioteca en la comunidad Huichol en el estado de Durango, con la ayuda de Amistad, una organización de Palo Alto y de muchas personas caritativas.

Al terminar el día, dice sentirse “satisfecho, porque yo sé que ese día ayudé a alguien”.

Recuerdos de su infancia

Armando Ramírez nació en un “ranchito familiar”, cerca de un pueblo que se llama Cocula en Jalisco, México. “Era un lugar alegre y viví ahí hasta los siete años, cuando nos mudamos a Cocula para ir a la escuela”, explicó Ramírez, el tercero de diez hijos, quien rememora ese lugar con cariño, conservando bellos recuerdos de su infancia.

Su padre vino a los Estados Unidos en 1963. Poco a poco la familia emigró también y él llegó en 1967. Dijo que “con mucho esfuerzo siempre nos inculcaban que fuéramos a la escuela. Nos inculcaron la educación”.

Pero la precaria situación de la familia hizo que por un tiempo Armando trabajara en el campo y no asistiera a la escuela. La maestra Shelly Fernández, fue clave para que continuara sus estudios. Ella lo llevó a la escuela secundaria cuando tenía quince años y le decía que si estudiaba, podía ayuda mejor a su familia en el futuro.

Estando Ramírez en la escuela en Pacífica, tuvo una entrevista con un consejero. En ese momento vino su supervisor y lo sacó del cubículo y escuchó cuando le hizo estos comentarios, “¿por qué estás perdiendo tu tiempo con este muchacho, si en la preparatoria va a dejar la escuela?” Estas palabras sobre él fueron un impacto fuerte para Armando. No sólo se graduó en tres años, sino que terminó en el lugar número 19 por sus calificaciones altas, entre más de 400 estudiantes.

Ramírez admie que ir a la Universidad le abrió muchas puertas. Estudió Literatura Española en la Universidad de California en Santa Cruz.

Camino al progreso

“Si uno estudia va a progresar y siempre le inculco eso a los niños. Para mí, el estudió ha sido la clave de la superación”, enfatizó Ramírez. Y agregó “yo pienso que la mujer es la que lleva la cultura. Mi papá estaba trabajando y mi mamá siempre nos inculcaba los modales, lo importante de la vida”. Ella les leía en las noches.

Además de literatura, tomó cursos de contabilidad y otras materias. Al graduarse de la Universidad, solictió trabajo en una importante constructora, en la cual laboró 13 años, realizando tareas de nómina y contabilidad.

Sin embargo, sentía que le hacía falta algo. Dejó su trabajo en la constructora y solicitó otro con el Condado de San Mateo, en el área de Obras Públicas. Pero lo llamaron de la Biblioteca de San Mateo por sus conocimientos de contabilidad.

Sin mucho entusiasmo se presentó. Para su sorpresa, durante la entrevista le encantó el ambiente y el personal. Jane Engle, directora de la biblioteca, lo apoyó con gusto cuando le dijo que quería estudiar una maestría para ser bibliotecario, pues hacía falta personal bilingüe. Dos años le tomó a Ramírez terminar su maestría (Master in Library Science) en 1994, en la Universidad Estatal de San José.

“Siempre he sentido que he tenido éxito en la vida, porque yo me he dedicado a estudiar. En cualquier país que estés, la persona que estudia, es la que va a tomar las mejores decisiones”, recalcó Armando.

Biblioteca Latinoamericana

Armando vive en Pacífica desde que llegó a este país. Linda Méndez Ortiz, directora de la Biblioteca Latinoamericana, lo invitó a trabajar en San José, como bibliotecario de niños. Pensaba que estaba lejos, pero se decidió, porque “me dí cuenta la idea de que la mayoría de las personas hablaban español. Se necesitaba a alguien y me encanta la idea de que los latinos se superren, por lo que me dí cuenta que hacía más falta en San José que en San Mateo”.

Ramírez trabajó poco más de dos años en la Biblioteca Latinoamericana. Dijo que si hubiera conocido lo bonito que es ser bibliotecario, desde que se graduó de Literatura lo hubiera hecho, pero no tenía un enfoque. Considera que ahora hay muchas más oportunidades de ayuda para los latinos que hace 20 años.

“La cultura latinoamericana es muy linda, debemos mantenerla, pero al mismo tiempo hay que saber asimilarse al país en donde vivimos”, aconcejó Ramírez, quien actualmente trabaja en la Biblioteca de Half Moon Bay desde el año 2001.

Trabajar con niños y planes futuros

En su lugar de trabajo, Ramírez abarca más áreas, además de leer cuentos para niños. Trabajar con los niños de la Biblioteca Latinoamericana fue un reto, ya que tuvo que desarrollar su propio programa y empezar desde cero. El aconseja que “deben leerle a sus hijos por lo menos media hora diaria. La lectura es un hábito”.

Entre los planes de Armando está algún día administrar una biblioteca y continuar estudiando, ahora para un doctorado.