La Oferta

March 28, 2024

La caravana de hondureños es obligada a retornar a la frontera por orden de Guatemala y EE.UU.

Migrantes hondureños cantan el himno de su país este jueves, en una carretera cercana a Entre Ríos (Guatemala). EFE/Esteban Biba

Agua Caliente (Honduras), 16 ene (EFE).- Con la bandera azul y blanco de su país al frente, alrededor de 2.000 hondureños cruzaron este jueves hacia Guatemala en su intento por llegar en caravana a Estados Unidos, país que ha endurecido las leyes migratorias para evitar que extranjeros indocumentados lleguen al “sueño americano”.

“Dijimos que nos íbamos y hoy nos vamos, somos hondureños que queremos trabajo y vivir en paz”, indicó a Efe uno de los inmigrantes de tres grupos que salieron por el punto fronterizo de Agua Caliente.

Una caravana de migrantes https://laoferta.com/2020/01/15/una-caravana-de-migrantes-hondurenos-sale-hacia-estados-unidos/

El primero, no muy numeroso, salió cuando el sol aún no asomaba sobre las montañas fronterizas con Guatemala, mientras un nutrido grupo llegaba en autobuses o a pie, también muy temprano al reten policial y militar cercano al punto aduanero de Agua Caliente, que en un mismo edificio comparten los dos países centroamericanos.

EN MÉXICO “LA COSA ES DIFERENTE”

Muchos de los inmigrantes, entre ellos mujeres con niños, algunos de meses de nacidos, no hicieron el registro migratorio en Agua Caliente, convencidos de que les dieran o no el pase para cruzar a Guatemala, “de nada nos sirve” porque “la cosa es diferente al llegar a México”, indicaron a Efe algunos miembros de la caravana, la quinta desde la primera, del 13 de octubre de 2018, y la primera de 2020.

Centenares de hondureños que aducen que no pueden seguir viviendo en su país por la falta de empleo y la inseguridad partieron la madrugada de este jueves desde Entre Ríos Izabal (Guatemala) hacia la frontera con México, con la idea de llegar a Estados Unidos. EFE/Esteban Biba

La caravana de hoy inició su aventura el martes por la noche desde la central de autobuses interurbanos de San Pedro Sula, norte, con al menos 200 personas que decidieron irse por el punto aduanero de Corinto, en el caribeño departamento de Cortés, también fronterizo con Guatemala, donde el miércoles tuvieron problemas con autoridades de ese país, al que ingresaron de manera ilegal.

La suerte no corrió con los que se fueron por Corinto, ya que fueron obligados a retornar a la frontera para regularizar su situación, por orden de policías guatemaltecos y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, en inglés).

La Policía Nacional Civil de Guatemala y los funcionarios estadounidenses, revisaron a decenas de hondureños que en su mayoría habían ingresado el miércoles sin registro a Guatemala.

Las autoridades retuvieron a los inmigrantes a la altura de la aldea Entre Ríos, del departamento de Izabal, y los devolvieron en microbuses hacia la frontera de Corinto.

INSEGURIDAD Y DESEMPLEO

Un grupo de niños que hace parte de la caravana de migrantes hondureños se cubre de la luvia mientras recorren este jueves una carretera en Entre Ríos (Guatemala). EFE/Esteban Biba

La inseguridad y el desempleo en Honduras son como dos caras de una misma moneda, con muchos de sus ciudadanos que son víctimas de la violen criminal que vive el país, con pandillas que cobran “impuesto de guerra” a comerciantes de todo tipo.

Evelyn Hernández, estilista de belleza, de 32 años, que por segunda vez intenta llegar a EE.UU., acompañada de su único hijo, de unos siete años, dijo a Efe que el desempleo, la inseguridad, la falta de médicos y educación, son “tristemente, la realidad de Honduras”.

Agregó que en su actividad hay mucha competencia y ahora es más difícil conseguir empleo, lo que le ha llevado a vender comida en su casa, en la ciudad de El Progreso, departamento de Yoro, norte.

UN POCO DE FÚTBOL ANTES DE IRSE

En la carretera del punto fronterizo de Agua Caliente, a un costado del edificio de control migratorio, Cindy Murillo, de 32 años, una vendedora de ropa usada, procedente de El Taladro, departamento central de Comayagua, ocultaba sus problemas jugando al fútbol, con hombres, con una pelota de plástico que lleva en su ligero equipaje.

Cindy es una más de las muchas mujeres hondureñas que son madre soltera. En su caso, con cinco hijos en edades de trece, once, ocho, cinco y un años. Del padre de sus hijos, dijo que vive en México.

Según relató a EFE, a sus hijos los dejó con su madre, y la razón por la que se va del país es “buscando un mejor futuro para nuestros hijos, porque en este país ya no podemos vivir”.