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March 28, 2024

Springsteen aparece por sorpresa en un concierto benéfico en Nueva Jersey

El músico estadounidense Bruce Springsteen asiste a la proyección especial de Nueva York del documental ‘Western Stars’ en el Metrograph Theatre de Nueva York, Nueva York, EE. UU., el 16 de octubre de 2019. EFE/EPA/Peter Foley/Archivo

Asbury Park (Nueva Jersey), 19 ene (EFE News).- El rockero Bruce Springsteen apareció este sábado por sorpresa en el festival benéfico “Light of Day” de Asbury Park, Nueva Jersey, que recauda fondos para luchar contra el párkinson y otras enfermedades neurodegenerativas.

Ataviado con una camisa de cuadros, una boina y su mítica Fender amarilla, Springsteen retornó al teatro Paramount cinco años después de su última aparición en este festival, que se celebra en la ciudad que le vio crecer como músico en los 70 y que siempre ha contado con una poderosa escena musical ligada al Boss y a otras figura destacadas del “rock and roll” como Patti Smith o los Ramones.

A lo largo de la noche, Springsteen se unió a artistas emblemáticos de Asbury Park como Jesse Malin para tocar “Broken Radio”, Willie Nile para “One Guitar” y Joe Grushecky y su banda, The Houserockers, que le acompañaron en la última hora y veinte de concierto.

El Boss y su compañero de marras abrieron su parte del repertorio con “Talk to the King”, obra de Grushecky, que sirvió para que un Springsteen algo falto de energías cogiese fuerzas para encarar su celebrada “The Promised Land”, que sirvió para meter al jefe en el concierto.

Mientras intercalaban canciones de uno y otro, los fans coreaban sin tregua cada tema, sedientos de acordes de Springsteen, quien tras finalizar hace un año su estancia en Broadway y publicar su último disco, “Western Stars”, no se ha prodigado demasiado por los escenarios ni ha vuelto a programar, de momento, ninguna gira.

Asimismo, el Boss interpretó una divertida “Pink Cadillac” que encadenó con “Savin’ Up”, en la que hizo un breve discurso, en su estilo a lo predicador, sobre los errores que a veces se cometen en una relación.

El repertorio, que incluyó alguna otra pieza más de Grushecky, culminó con Bruce Springsteen y todos los artistas en el escenario haciendo suya la canción que da nombre al festival, “Light of Day”, y con una sentida versión acústica de “Thunder Road” que, por unas cosas o por otras, empañó los ojos a más de uno.

Ante 1.600 personas en vez de ante 60.000, como acostumbra, el Boss continúa poniendo buenas cartas sobre la mesa con las que comenzar un diálogo con cada uno de los presentes: amor, fracaso, amistad, la carretera, un futuro mejor… Y le sigue funcionando casi como el primer día.

A través de su propia historia o de su capacidad para contar las de otros, Springsteen ha construido con sus canciones un preciado espejo en el que cualquiera puede pasar a contemplar sus fracasos y victorias, miedos, inseguridades y valentías o cierres y comienzos de etapas, por ejemplo.

El festival “Light of Day” ha celebrado este año tanto su 20 aniversario como el cumpleaños de su fundador, Bob Benjamin, que suele coincidir en tiempo con la cita.

Sus organizadores aseguran que en esos 20 años, entre todas las ediciones más los eventos especiales, han recaudado cerca de 6.000 millones de dólares para la lucha contra el párkinson y otras patologías en Estados Unidos, una labor que el propio Springsteen agradeció y alabó en su intervención final, justo antes de arrancarse con un “cumpleaños feliz” dedicado a Benjamin.