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April 25, 2024

Las muertes por el COVID-19 revelan la cruda realidad del periodismo peruano

Periodistas trabajan cubriendo la pandemia de coronavirus, este miércoles en las calles de Lima (Perú). Al menos veinte periodistas muertos y más de un centenar de enfermos es el saldo que ha dejado en Perú hasta el momento el paso de la COVID-19, unas cifras desoladoras que dejan en evidencia la cruda realidad del trabajo periodístico en el país andino. EFE/Paolo Aguilar

Lima, 3 jun (EFE).- Al menos veinte periodistas muertos y más de un centenar de enfermos es el saldo que ha dejado en Perú hasta el momento el paso del COVID-19, unas cifras desoladoras que evidencian la cruda realidad del trabajo periodístico en el país andino.

Perú, uno de los diez países del mundo con más enfermos diagnosticados con la enfermedad, lidera la triste estadística global de comunicadores muertos en el ejercicio de la cobertura informativa de la pandemia, un dato que “ha hecho saltar lo que ya se conocía: las malas condiciones laborales del periodismo” en el país.

Así lo indicó a Efe Zuliana Laínez, secretaria general de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) de Perú, organismo que agrupa y atiende a los periodistas peruanos y para quien no hay dudas sobre la responsabilidad de la “precariedad” laboral “que ha reventado en la cara del país” en la muerte de los periodistas.

REGIONES MORTALES

“La mayor parte de los muertos son periodistas de las regiones, donde se trabaja en condiciones realmente precarias. A dos meses largos del inicio de la cuarentena, los comunicadores aún responden por su propia seguridad, con sus mascarillas caseras (…) Con instrumentos de protección nulos se expusieron y se exponen al riesgo, esa es la situación”, resumió Laínez.

En las regiones de Perú, particularmente en las aisladas y distantes zonas selváticas, alejadas social y culturalmente de la urbanizada costa, el medio de comunicación predominante es la radio, que tiene gran alcance y penetración social.

En ese contexto, la práctica más extendida es que los periodistas compren sus espacios al aire en las emisoras y trabajen de forma completamente independiente, recibiendo ingresos de la publicidad que, también de forma independiente, contratan con empresas de la zona donde llega su difusión.

TRABAJO ESENCIAL

Laínez lamentó que desde el Estado no se atendiera esta situación con prontitud, pese a que la ANP solicitó precisamente al Ministerio de Salud que proveyera de protección a los periodistas que ejercían en la calle, “que era una situación de riesgo”, pero que no se consideró en su momento por la escasez de materiales.

Por su parte, José Vidal, presidente de la Asociación de Fotoperiodistas de Perú, apuntó que el pico de infecciones entre los comunicadores se produjo en las primeras semanas también por “falta de seriedad” en la aplicación de protocolos o porque los avisos llegaron tarde.

IMPROVISACIÓN

Periodistas trabajan cubriendo la pandemia de coronavirus, este miércoles en las calles de Lima (Perú). EFE/Paolo Aguilar

La situación entre los medios masivos de Lima es mejor, al menos en cuanto a la incidencia de la enfermedad, si bien la tónica general entre ellos fue la de “la improvisación” y la adaptación a trompicones a la nueva realidad.

Casi a diario se ha visto en las televisiones cómo los redactores y camarógrafos han mejorado sus equipos de protección y sus prácticas laborales, como por ejemplo el uso de mamelucos, pantallas protectoras, coberturas para sus micrófonos y trípodes para micrófonos para mantener las distancias de seguridad.

VOCACIÓN vs VIDA

Otro aspecto que multiplica la exposición de los periodistas al virus ha sido el afán profesional por cubrir el drama desde la primera línea, lo que conspira contra las “precauciones y el mantenimiento de la distancia”, claves para controlar la pandemia.

“Mi vida vale más que una fotografía, ese es el lema que estamos lanzando ahora a los afiliados. Queremos que tomen precauciones, que usen herramientas apropiadas y guarden la distancia. Muchos son ‘freelance’, se compran sus implementos de protección, y compran lo que encuentran, como máscaras que no protegen. Queremos que no sean kamikazes, que midan, que no se expongan”, indicó Vidal.

APRENDIZAJES

En cualquier caso, y más allá de la tragedia entre los profesionales, desde la ANP tienen la esperanza de que de esta crisis se salga con mejoras en la situación laboral de los periodistas independientes peruanos.

“Una de las cosas que debería quedar de la cuarentena es que ningún periodista o comunicador independiente debería quedar fuera del acceso a la salud o la pensión. El Estado no debe permitir que eso suceda. Que compañeros tuvieran que hacer una colecta para enterrar a un colega es de lo más duro que nos ha toca vivir”, concluyó Laínez.

Álvaro Mellizo