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March 28, 2024

El miedo a la deportación duplica el riesgo de presión arterial alta

Los Ángeles, 27 nov (EFE).- El miedo a la deportación duplica el riesgo de desarrollar presión arterial alta, asegura una investigación publicada este miércoles y que evaluó a mujeres nacidas en México y que viven en el área agrícola del Valle de Salinas, en California.

El estudio presentado por la Asociación Americana del Corazón (AHA) complementa otro análisis reciente que sugiere que los estadounidenses de origen latino pueden estar experimentando un empeoramiento de su salud mental a consecuencia del incremento de los arrestos de inmigrantes indocumentados.

Los investigadores de reporte de AHA hicieron seguimiento durante cuatro años a 572 mujeres con una edad promedio de 39 años y de las cuales el 99 % había nacido en México, según explicó a Efe Jacqueline Torres, autora líder del estudio.

“Como parte de la evaluación base del estudio realizada entre 2012 y 2014, se les pidió que calificaran su preocupación sobre su propia deportación o de alguna persona cercana”, dijo Torres, profesora asociada de Epidemiología y Bioestadística en la Universidad de California San Francisco.

Del total de las inmigrantes, el 48 % se manifestó “muy preocupadas” por los riesgos de deportación, el 24 % indicó una “preocupación moderada” y el 28 % mostró poca preocupación al respecto.

En esta primera fase de la investigación, la inquietud por las deportaciones estuvo asociada con aumentos pronunciados en la presión (sanguínea) sistólica, “aunque no se encontró una diferencia significativa en la proporción de las mujeres diagnosticadas con presión arterial alta”.

La preocupación por las deportaciones “coincidió inicialmente con un aumento en la presión arterial sistólica y la presión arterial media”, señaló el reporte publicado en JAHA, la revista científica de la Asociación.

Sin embargo, la incidencia fue importante en las evaluaciones de seguimiento realizadas entre 2014 y 2016 y posteriormente entre 2016 y 2018, detalló la investigadora latina.

Entre las 408 mujeres que no presentaron presión arterial alta al inicio de la evaluación, aquellas con preocupación moderada o elevada por las deportaciones presentaron el doble de propensión a ser diagnosticadas con presión arterial alta en la fase de seguimiento, en comparación con las que no mostraron inquietud mayor por el tema.

La investigación no encontró una impacto significativo de las preocupaciones sobre la deportación con respecto al mayor Índice de Masa Corporal (BMI) o con el diámetro de la cintura durante este periodo de seguimiento.

Torres destaca que el estudio se refiere específicamente a un grupo de mujeres mexicanas viviendo en un área agrícola de California por lo que no es válido proyectarlo a nivel nacional, aunque los resultados sí son preocupantes.

“Al tener en cuenta lo que encontramos en este estudio, nos preocupan los efectos a largo plazo causados por los temores sobre la deportación y su impacto no sólo en la salud física sino en la salud mental de las personas”, expresó Torres.

Para Brenda Eskenazi, directora del Centro para Investigación Ambiental y Salud Infantil de la Universidad de California Berkeley y autora senior del estudio, los resultados pueden verse magnificados en otras áreas del país.

Eskenazi destacó que las mujeres de la investigación de AHA viven en una “comunidad latina grande y en California, donde pueden tener menos temor a ser deportadas porque es un estado ‘santuario'”, es decir que rechaza colaborar con las autoridades migratorias federales en programas voluntarios con vista a incrementar las deportaciones.

En este sentido, un estudio nacional realizado entre latinos por investigadores de la Universidad de Columbia y de la Escuela de Medicina Icahn de Monte Sinaí en la ciudad de Nueva York destacó el riesgo de salud mental que las acciones de control de inmigración representan para los indocumentados y sus familias.

Durante el período estudiado, de 2014 a 2018, en el que las autoridades arrestaron mas de dos millones de indocumentados, los migrantes evaluados manifestaron un promedio de 3,62 días de “salud mental pobre” en el mes anterior a la encuesta.

Al aumentar significativamente los arrestos y deportaciones de inmigrantes en 2017, el análisis encontró un incremento consecuente en los problemas de salud mental de los inmigrantes.

El estudio, publicado en American Journal of Public Health, destacó que cada 1 % de incremento en las acciones de control de la inmigración representó un aumento del 14 % en los problemas de salud mental de los afectados.

El reporte sugiere más investigación sobre el tema y especialmente “una urgente acción de Salud Pública” para mitigar los efectos negativos de las políticas restrictivas de inmigración.