La Oferta

March 29, 2024

Tokarczuk: La Red es un cuento, contado por un idiota, lleno de ruido y furia

Olga Tprarczuk, Nobel de Literatura. EFE/EPA/Jonas Ekstroemer

Estocolmo, 7 dic (EFE).- Internet y su exceso de información, que no somos capaz de soportar, es cada vez con más frecuencia “un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y furia”, aseguró hoy la Nobel de Literatura 2018, la polaca Olga Tokarczuk.

En lugar de ser un sueño cumplido, nos “ha diferenciado, dividido, encerrado en pequeñas burbujas individuales” y creado “multitud de historias incompatibles cuando no abiertamente hostiles”.

Tokarczuk (Sulechów, 1962) de quien la Academia Sueca ha destacado su “imaginación narrativa que, con pasión enciclopédica, representa el cruce de fronteras como una forma de vida”, hizo un análisis del mundo actual, el cual intenta hallar una salida a “la emergencia climática y a la crisis política”.

Dos situaciones que “no son solo resultado de un giro del destino, sino de acciones y decisiones, económicas, sociales y relacionadas con la visión del mundo (incluidas algunas religiosas)”, indicó la nobel.

En una larga lectura que sirvió para aceptar el galardón que se dejó en suspenso el año pasado, repasó la literatura, las nuevas narrativas e ilustró las conexiones ocultas entre acontecimientos, hablando de la llegada de los españoles a América.

Intelectual, activista política y ambiental, la autora de “Los errantes”, aseguró que la codicia, la falta de respeto a la naturaleza o la rivalidad sin final “han reducido el mundo a la condición de un objeto que podemos cortar en pedazos, usarlo y destruirlo”.

Un mundo dominado por un internet “completa e irreflexivamente sujeto a los procesos del mercado”, cuya gigantesca cantidad de datos no se usa para dar un acceso amplio a la información sino que sirve, “sobre todo, para programar el comportamiento de los usuarios, como aprendimos tras el caso de Cambridge Analytica”.

También en la política, -analizó- el exceso de información puede ser “abrumador y su complejidad y ambigüedad da lugar a todo tipo de mecanismos de defensa”.

En un mundo que se transforma velozmente, “no tenemos listas la narrativas, no solo para el futuro, sino para el ahora”, nos faltan -enumeró- el lenguaje, los puntos de vista, las metáforas, los mitos.

Las series televisivas, que han dominado las dos primeras décadas del siglo, tienen -consideró- una narración que es “probablemente una de las búsquedas más creativas” de una nueva forma de contar el mundo.

La autora de “Las escrituras de Jacob” (2014) se mostró contraria a la división por géneros de la literatura, que lleva “hacia la limitación de la libertad del autor, la reticencia ante la experimentación y la transgresión”.

La ficción ha perdido “la confianza de los lectores, desde que la mentira se ha convertido una peligrosa arma de destrucción masiva, aunque aún es una herramienta primitiva” y cuando un lector le pregunta a un escritor si es real lo que escribe, a este “le suena realmente apocalíptico”.

Es posible que la literatura se esté convirtiendo en algo marginal frente a formas de narración, pero es la “única capaz de hacernos entrar más hondo en la vida de otros seres, entender sus razones, compartir sus mociones y experimenta sus destinos”.

La nobel se mostró convencida de que “pronto aparecerá un genio capaz de construir una narrativa completamente diferente, aún inimaginable”, que nos cambiará.