La Oferta

March 28, 2024

Conciencia ambiental penetra poco a poco en el campo y las ciudades de México

Fotografía del 7 de febrero de 2018 de una mujer en un huerto instalado en una azotea de un edificio en Ciudad de México (México). EFE/ Mario Guzmán

México, 25 ene (EFE).- Aproximadamente 15.000 personas mueren cada año en México a causa de la contaminación, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras el éxodo a las ciudades, reconoce el Gobierno, sigue imparable, un escenario en el que la educación ambiental se abre paso a ritmo lento.

“Necesitamos mucho trabajo para que todos nos hagamos cargo de nuestra basura, nuestros desechos y nuestro impacto, y seamos más conscientes del daño a la naturaleza”, explicó a Efe la investigadora de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM) Patricia Escalante con motivo del Día Mundial de la Educación Ambiental, que se celebra este domingo.

Escalante advirtió de la necesidad de hacer pedagogía para convencer de “actuar ya”, sobre todo en materia de reforestación, para evitar vivir en el país situaciones parecidas a la de los incendios reciente en Australia.

Para la representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, Lina Pohl, el problema en México no es tanto de percepción, sino de la carencia de estructuras que permitan actuar a la gente.

NUEVAS TÉCNICAS EN AGRICULTURA

La representante de la FAO lamentó en entrevista con Efe la lenta transformación de la agricultura en todo el mundo, pese a empezar a ver “algunos cambios reales en la forma de producir y de consumir”.

“México en particular ha tenido avances extraordinarios, aunque no suficientes. Por ejemplo, un elemento esencial en el tema de la educación ambiental es el etiquetado frontal de alimentos. Que la gente sepa qué está consumiendo”, aseguró.

Pohl auguró que los etiquetados, en su siguiente avance, contendrán información de cómo se producen los alimentos y de qué recursos naturales se usaron para elaborarlos.

Un primer paso para rediseñar la manera de generar comida en México, decimoprimer país en producción mundial de alimentos según el Gobierno, es el proyecto federal Sembrando Vida, un plan que otorga subsidios a pequeños campesinos que trabajen cultivos tradicionales y árboles frutales y maderales.

“El programa Sembrando Vida es interesante pero no es suficiente. Se requiere también una campaña educativa en la que participe la sociedad”, reclamó Escalante.

Pohl también pidió más medidas de este tipo, aunque valoró el proyecto positivamente por lo sustentable de las prácticas que promueve y celebró que dependa de la Secretaría de Bienestar, en vez de estar coordinado por otro organismo centrado en la producción.

“El centro es el ser humano. Cómo generamos condiciones en los productores para que logren hacer esa transformación y pueda haber productividad y modo de vida pero que sea sostenible”, destacó.

Ese programa es el paradigma del lento despertar ambiental que está viviendo el mundo en general y México en particular, ya que los expertos consultados coinciden en señalar un cambio de actitud.