Los Ángeles, 6 abr (EFE).- Autoridades de salud del condado de Los Ángeles urgieron este lunes a los residentes a quedarse en su casa, e inclusive evitar ir a comprar alimentos, si es posible, en un intento de frenar la propagación del coronavirus en la región.
“Si tiene suficientes suministros en su hogar, esta sería la semana para no salir a comprar”, dijo la directora del Departamento de Salud Pública de Los Ángeles, Barbara Ferrer.
El condado de Los Ángeles ha sido el más afectado en California por el brote, y hasta el mediodía de este lunes contabilizaba 147 muertes por COVID-19 mientras los casos positivos alcanzaron los 6.360, según datos dados por Ferrer.
Aproximadamente 32.000 personas han recibido la prueba por COVID-19 en el condado de Los Ángeles, y aproximadamente 14 % de esas personas han dado positivo.
Ferrer puntualizó que hasta este lunes 900 personas habían tenido que ser hospitalizadas en el condado a causa de esta enfermedad. Esta cifra representa más de la tercera parte de todos los que necesitaron ingresar en un hospital en California, que registra 2.509 pacientes ocupando camas, según datos dados por el gobernador Gavin Newsom.
Cincuenta y tres de los 58 condados de California han sido afectados por el virus, y Newsom está enfocado en habilitar 50.000 camas adicionales para lidiar con la pandemia.
En una conferencia de prensa Newsom, dijo hoy que el estado está habilitando ocho estaciones médicas federales en todo el estado y ha arrendado y reabierto dos hospitales recientemente cerrados, entre ellos el Hospital St. Vincent en Los Ángeles, que enfrenta un proceso de bancarrota, y reanudará operaciones el 13 de abril.
La recomendación de Ferrer de no salir de casa ni siquiera a las tiendas de víveres se da el mismo día que Estados Unidos superó los 10.000 muertos por coronavirus, lo que le sitúa como el tercer país con más pérdidas humanas detrás de Italia y España, según la Universidad Johns Hopkins.
