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April 18, 2024

El COVID-19, un huracán sin viento en los Cayos de Florida

Un gallo camina el viernes 17 de abril por una calle vacía del centro histórico de Cayo Hueso, Florida (EE.UU). EFE/CRISTOBAL HERRERA

Cayo Hueso (FL), 20 abr (EFE News).- Con el recuerdo del huracán Irma aún fresco, los Cayos de Florida, la turística cadena de islas entre Estados Unidos y Cuba en la que miles de turistas ven un remedo del paraíso, sufren aislados del mundo y distanciados socialmente el embate de un ciclón invisible y sin viento.

El coronavirus es “como un huracán. Todo el mundo está pasándolo mal por el dinero, por supuesto, pero estamos haciendo todo lo que podemos (…) Somos mucho más tolerantes ante esta situación que el resto del país”, dice a Efe Jay O’Neal, jefe de cocina del restaurante Willie T’s de Cayo Hueso.

Desde el pasado 22 de marzo los Cayos están cerrados a los forasteros, lo que no sucedía desde que el huracán Irma, de categoría 4, asoló la zona en septiembre de 2017.

UNA CIUDAD DE GALLOS

Un gallo camina el viernes 17 de abril por una vacía calle Duval, la más concurrida para el turismo en Cayo Hueso, Florida (EE.UU). EFE/CRISTOBAL HERRERA

Antaño rebosantes de actividad, las calles principales del casco histórico de Cayo Hueso se muestran vacías salvo por unos pocos residentes que aprovechan para hacer la compra, montar en bicicleta o correr al aire libre.

Al igual que en otros lugares de Florida, solo se puede salir de casa para ir a trabajar en los negocios esenciales, adquirir productos o ejercitarse.

Los turistas han sido sustituidos por gallos, gallinas y palomas que se han apoderado de los bancos de puestos de comida, las plazas y las atracciones turísticas en busca de algo que llevarse al pico.

Según las últimas estadísticas oficiales de turismo, en 2018 los Cayos acogieron a 5,13 millones de turistas. El sector dio trabajo a 26.500 personas y obtuvo ingresos por 2.400 millones de dólares.

Desde hace semanas los pocos tenderos que se dejan caer por sus negocios lo hacen para hacer arreglos u otra clase de gestiones.

El israelí Erin Brets, que regenta una pequeña tienda de ropa y recuerdos en Front Street, una de las calles más turísticas de Cayo Hueso, se lamenta de que si no se reabren los Cayos al turismo, “no habrá negocio durante los próximos seis meses”.

Brets es partidario de reactivar de una vez la actividad económica y turística, una idea que algunos políticos de Florida ya están acariciando a pesar de que los casos del COVID-19 siguen subiendo y ya se han registrado en este estado sureño casi 26.000 contagios, de los cuales 764 han sido mortales.

PESCADO A MITAD DE PRECIO

Vista el viernes 17 de abril del mensaje “Los extrañamos, sigan a salvo” a la entrada de un negocio en una vacía calle Duval, la más concurrida para el turismo en Cayo Hueso, Florida (EE.UU). EFE/CRISTOBAL HERRERA

Después del turismo, otro de los negocios más afectados es el sector pesquero, que con el cierre de los restaurantes y hoteles, ha perdido una de sus principales fuentes de ingresos.

Muchos pescadores apenas puedan “cubrir gastos”, porque ante la falta de demanda, el precio del pescado se ha reducido más de un dólar la libra (unos 450 gramos).

El cubano Jorge Concepción dice que “todos los gastos” de los que se dedican a la pesca como él siguen igual y, sin embargo, el precio de venta del pescado ha bajado “demasiado”.

El panorama se puede ensombrecer aun más si como predicen los meteorólogos la próxima temporada de huracanes, que está a la vuelta de la esquina, será más activa de lo habitual.

Loa especialistas de la empresa privada AccuWeather y los de la Universidad estatal de Colorado esperan de 14 a 18 tormentas tropicales, de las cuales entre 7 y 9 llegarán a ser huracanes y de estos de 2 a 4 alcanzarán fuerza de huracanes mayores.

Según Philip J. Klotzbach, investigador del Departamento de Ciencias Atmosféricas de esa universidad, la temperatura del Atlántico tropical y subtropical está “actualmente más caliente que el promedio de temperatura a largo plazo” y ello es “un factor favorable para una temporada activa de huracanes”.