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April 19, 2024

Salud mental, depresión y el Covid-19

A mi manera

Juan Carlos Valderrama     

Dos conceptos son fundamentales para entender la Salud Mental, el que nos brinda la Asociación de Psicología Americana APA, que dice que la Salud Mental se concibe como la forma en que nuestros pensamientos, sentimientos y conductas afectan a nuestra vida. Una buena Salud Mental nos lleva a tener una imagen positiva de nosotros mismos y a la vez, fomenta las relaciones satisfactorias con amigos y otras personas. La Organización Mundial de la Salud OMS, la define como un estado de bienestar en el cual la persona se ve capacitada para poder afrontar los diversos retos que le propone la vida, siendo así un individuo que trabaja de forma productiva y hace contribuciones a la comunidad.

Estos dos conceptos que se aplican a la vida del ser humano se han visto afectados por la depresión y por el Covid-19.

Antes de la aparición de la pandemia del Covid-19 ya en el mundo sufrían y padecían de depresión en niveles tan altos alrededor de 350 millones de personas, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, representando alrededor de un 4.4% de la población mundial, hoy estas cifras indudablemente se han incrementado de forma geométrica.

Trataré de exponer el porqué de tal incremento; en los países pobres casi el 75% de los pacientes usuarios de los servicios de Salud Mental no reciben tratamiento médico ni psicológico, las medicinas son muy caras casi inalcanzables para las familias; la pandemia puso a las personas en cuarentena y los obligó a quedarse en casa, es decir trastornó los hábitos y costumbres cotidianos interrumpiendo las rutinas e impidiendo la asistencia al trabajo con graves dificultades financieras y un desempleo galopante al estilo de las consecuencias de una guerra mundial. Se cambió el trabajo presencial por trabajo virtual y teletrabajo desde casa, menos para los trabajadores considerados esenciales; para algunos la estadía en casa fue de casi 24 horas y lo que al principio se proponía como algo bueno “estar en familia” generó altos índices de violencia doméstica por la alta permanencia de tiempo de las víctimas con su agresor; además se produjo un elevado número de divorcios; el sedentarismo provocó un elevado aumento de peso en algunas familias y lo opuesto en otras por la carencia de recursos económicos para la compra de alimentos y los gobiernos tuvieron que recurrir a la ayuda de su población para “salvarlos de la muerte”. Algunas personas se sintieron agotados física y mentalmente de tanto pensar sobre si podían enfermar y posiblemente morir, entonces el miedo se apoderó de ellos entendiendo que algunos pocos desean morir y los que lo desean están pasando por serias perturbaciones mentales, emocionales o sufren de patologías psicológicas.

Lastimosamente aún no tenemos vacunas para la salud mental, ya que no la valoramos en su real dimensión; la familia, la educación, los medios y la sociedad aún les falta mucho por madurar, entendiendo que cada uno de estos factores tiene una problemática muy particular; el dormir se convirtió en algo casi imposible de lograr, el insomnio, las pesadillas y las diversas ideas obsesivas se apoderaron de las mentes de las personas; el mal uso de un concepto como el “ distanciamiento social” llevó a la epidemia de la soledad y el aislamiento casi mortal, claro está que después esto se cambió por el concepto de” distanciamiento físico” de 6 pies; el uso y abuso de sustancias como el alcohol, opioides y las drogas legales e ilegales ha alcanzado niveles altísimos así como los de delincuencia y racismo. Al estilo de los pacientes con trastorno obsesivo compulsivo las personas “normales” utilizaron el jabón y el alcohol para desinfectar las manos y evitar el contacto con el virus, así como un desabastecimiento del papel higiénico.

Se conoce que los afectados por depresión son mayores entre las mujeres, los jóvenes y los ancianos y que puede llevar en su última etapa al suicidio, así como que es uno de los principales problemas de Salud Mental, que puede ser crónica y recurrente que mantiene una estrecha relación con los trastornos bipolares, con los trastornos endocrinos y metabólicos como la diabetes, la obesidad, la osteoporosis. Afecta igualmente con los trastornos cardiovasculares y cerebrovasculares, trastornos neurológicos el alzhéimer, la epilepsia, el parkinson, enfermedades infecciosas e inmunológicas como el cáncer, VIH/SIDA. Se altera el funcionamiento de los neurotransmisores cuya función es regular el estado de ánimo la dopamina, catecolamina, noradrenalina; su etiología puede ser debido a diversos factores tales como genéticos, bioquímicos y psicológicos. En algunos tipos de depresión tienden a trasmitirse de generación en generación lo que sugeriría una probable causa genética, que podría estar asociada a la síntesis o metabolismo deficitario de algunos neurotransmisores; los hallazgos genéticos indican que el riesgo de desarrollar depresión es consecuencia de múltiples genes que interactúan con factores ambientales o de otra índole. Los eventos traumáticos como el de ser un sobreviviente de la Pandemia COVID-19 y de relaciones difíciles o cualquier otra situación grave y estresante, crean una serie de alteraciones mentales.

Aún hoy, muchas personas no saben cómo lidiar con la depresión y él COVID-19, algunos recurrieron a la adopción de mascotas de diverso tipo perros, gatos, aves, delfines, caballos entre otros; la relajación, la meditación, la jardinería, la desconexión de las noticias sobre todo de muertes por COVID-19, al no poder contactarse con los seres queridos personalmente, las llamadas telefónicas y video llamadas cobraron una gran importancia; la alimentación saludable nunca como hoy es de tan vital importancia para fortalecer los sistemas inmunológicos de las personas; debido al incremento de los suicidios se iniciaron campañas para combatir la soledad. Unidades de apoyo y ayuda telefónica e inclusive ministerios se encolvieron, reconociendo por primera vez la importancia de la Salud  Mental y de los psicólogos, alejando el estigma sobre las personas que buscan su ayuda.

Hoy muchos países y personas reconocen que la corrupción, la discriminación, el racismo, la política han contribuido a la falta de control de la pandemia del COVID-19 generando inequidad en los servicios, falta de camas en las unidades de cuidados intensivos UCI, falta de medicinas, oxígeno. Tal como ayer los problemas han existido, pero hoy son imposibles de ocultar, esconder, ignorar, cubrir o negar hay mucho más por decir talvez será para una próxima oportunidad.