Lima, 4 ago (EFE).– Perú amaneció este martes en medio de una nueva y grave crisis política, después de que el Congreso, de forma inesperada y tras un debate de más de veinte horas, le negara la confianza al gabinete del primer ministro Pedro Cateriano, tan solo 19 días después de haber asumido su gestión.
El pleno del Legislativo tomó esta decisión con 37 votos a favor, 54 en contra y 34 abstenciones, tras un debate que comenzó el lunes y en el que el primer ministro recibió acusaciones de presentar un plan de gobierno favorable a los empresarios y no ofrecer nuevas alternativas para enfrentar a la epidemia de la COVID-19.
El gabinete de Cateriano había jurado al cargo el 15 de julio pasado en reemplazo del que presidió Vicente Zeballos y, según ordena la Constitución, requería del aval del Parlamento para continuar en funciones.
Horas después de conocerse la negativa del Legislativo, el presidente Martín Vizcarra aceptó, en un pronunciamiento, los hechos consumados y anunció que conformará un nuevo gabinete en el plazo que ordena la ley.
DESAFÍO HISTÓRICO
Vizcarra remarcó que Perú, el séptimo país en el mundo y tercero en Latinoamérica con más casos de la COVID-19, afronta “uno de los más difíciles” desafíos de su historia y que la lucha contra la adversidad “sólo se hará realidad si la democracia y la política recuperan su verdadero sentido”.
“El objetivo es común: sacar adelante al país superando la adversidad”, sostuvo antes de decir que su Gobierno requería de la confianza del Congreso “para seguir trabajando por el país”.
INTERESES PARTICULARES
El gobernante lamentó que en días previos “todas las bancadas mostraron su disposición para deponer y trabajar por el Perú”, pero luego “lastimosamente dicha disposición sólo quedó en palabras”.
“Largas horas de debate demostraron, una vez más, a todos los peruanos, que para la mayoría de nuestros representantes los intereses particulares priman por encima de los del país”, aseguró.
Vizcarra dijo que durante el debate del pedido de confianza los congresistas se mostraron “de manera abierta y desafiante, pero no desafiante ante el Gobierno, sino ante la nación” y “sin decirlo, hacían prevalecer exigencias particulares”.
Sostuvo que “el cálculo político no será aceptado” por su régimen, que seguirá impulsando la reforma de la educación universitaria que, según acotó, “no se negocia”, con lo que aludió a las versiones de que grupos parlamentarios pidieron la salida del ministro de Educación, Martín Benavides, para dar un voto favorable a Cateriano.
Un sector de parlamentarios ha decidido interpelar a Benavides sobre el manejo de su sector durante la epidemia, aunque muchos de esos legisladores mantienen vínculos con universidad privadas a las que se les retiró la licencia durante la gestión del actual ministro al frente de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).
RESPETO A LAS LEYES
Vizcarra agregó que la decisión del Congreso “sólo genera una incertidumbre innecesaria en las actuales circunstancias” en su país, pero que es “respetuoso de las leyes” y acepta la decisión, por lo que conformará “un nuevo gabinete en el plazo que determina la ley”.
“No vamos a renunciar a defender los intereses de los peruanos, ni vamos a entrar en negociaciones a espaldas de la ciudadanía”, aseguró antes de agradecer a Cateriano “por sus servicios prestados al país”.
Manifestó, sin embargo, que le “apena profundamente que el Congreso haya negado la confianza a un gabinete en menos de 20 días en plena pandemia” y por primera vez en los últimos veinte años.
“Es necesario un diálogo alturado que privilegie los intereses del Perú”, señaló antes de invocar a todas las fuerzas políticas para que no dañen la democracia, “y menos en medio de una pandemia”.
AGRADECIMIENTO DE CATERIANO
A su turno, Cateriano publicó un mensaje en Twitter para agradecer a Vizcarra “por la oportunidad” que le dio “de servir” a su país “en esta crítica coyuntura” y asegurar que “fue un honor haber colaborado” con el gobernante.
En la víspera, el ahora saliente primer ministro había planteado ante el Legislativo un ambicioso plan para su último año de gestión, con énfasis en el impulso de la recuperación económica, la sanidad, la educación y el desarrollo social.
Empero, sectores de la oposición política criticaron su exposición y aseguraron que no presentó medidas efectivas para enfrentar el embate de la COVID-19 y puso demasiado énfasis en el apoyo al sector privado, en particular a la minería.
Sin embargo, la inmensa mayoría de los medios de comunicación, expertos políticos y usuarios de las redes sociales criticaron este martes que el Congreso esté contribuyendo a crear una mayor incertidumbre a los ciudadanos en medio de la crisis sanitaria y política que afronta el país.