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November 14, 2024

Regreso a clases, Carta abierta

A mi manera.

Juan Carlos Valderrama

Nueva York, N.Y. – 17 ago, 2020 – Ya he hablado y escrito sobremanera en relación a los niños y el COVID-19 o la pandemia como se le conoce y por ende tengo una posición, pero trataré de detallar, diversos tipos de opiniones de autoridades, políticos y administrativos, juntas de regentes, gobernadores, contralores, alcaldes, cancilleres, departamentos de educación, maestros y usted, como padre de familia, quien tomara una decisión porque al fin de cuenta son sus hijos, pero tengo el imperativo moral de seguir escribiendo.

Un plan de regreso a clases debe tener una estrategia, una guía, una hoja de ruta que brinde seguridad y confianza a un padre de familia.

No debe actuarse en base a las voluntades políticas sino a hechos científicos demostrados.

Se debe evaluar la tasa de infección y contagio local que deben ser de las más bajas, así como la fase de reapertura por la que se encuentre la localidad.

La toma de pruebas y de temperatura a los niños, así como el rastreo a sus familias y a todo tipo de personal que labore en una institución educativa es una tarea regular e impostergable y no implica que esto libre a nadie de un contagio.

Debido a presupuestos fiscales reducidos, las escuelas no cuentan con el personal necesario de enfermería y asistentes sanitarios por lo que se podría apelar a los estudiantes de diversas instituciones de salud como parte de sus horas de prácticas comunitarias.

Un modelo de asistencia a clases puede ser desde un día a la semana, tres días con horarios reducidos, clases pequeñas o en línea o aprendizaje remoto como se le ha dado en llamar, no hay un modelo a seguir, no hay por lo tanto escuelas fuertes que lo sostengan así que lo mejor es la prevención primaria.

Los estándares de seguridad implican un uso universal de máscaras o cubiertas faciales, la desinfección con agua y jabón, distanciamiento físico, por lo que los recreos tendrán que ser vigilados, así como la permanencia dentro de las aulas.

Los estudiantes de las minorías étnicas afroamericanas e hispanas o latinas ante la realidad de que sus familiares no los puedan apoyar tecnológicamente ni académicamente, en muchos casos, enfrentan su más duro desafío y algunos carecen de computadoras, pero a la vez es un reto y para eso estamos hechos.

El aspecto socio emocional y psicológico sobre un aprendizaje frente a un ordenador o computadora es manejable y para ello los tecnólogos educacionales han desarrollado en extenso su tarea, así como los psicólogos educativos sobre el aprendizaje y los procesos de adaptación de asimilación y acomodación no deben de preocuparnos.

De más está decir que los maestros siempre brindan lo mejor de sí y el nivel de instrucción será siempre de excelencia académica, aunque muchos no cuenten con los recursos necesarios ellos siempre apelarán a su ingenio y creatividad.

Un tema aparte es la educación especial que tiene múltiples especialistas y especialidades y no está exenta de este análisis quizá con una breve ventaja pues ella cuenta con centros de recursos tecnológicos, así como con padres que siempre están atentos a sus hijos, sus adelantos y logros, quienes no pueden darse el lujo de desatenderlos.

He vuelto a escribir, sé que quedan muchos otros detalles como el transporte, la alimentación estudiantil, la educación bilingüe, el ausentismo escolar y una que otra recomendación, sé que se puede escribir mucho más de lo que se ha hecho y con más detalle, pero será para una próxima, si la pandemia nos deja.