Washington, 19 ago (EFE).- La excongresista demócrata Gabrielle Giffords, gravemente herida de bala en un ataque en Tucson (Arizona) en 2011, pidió este miércoles el voto por el candidato del partido en las elecciones de noviembre, Joe Biden, para “detener los tiroteos” que aterrorizan periódicamente a Estados Unidos.
Las voces de Giffords y de otros supervivientes de tiroteos, entre ellos Emma González -una de las líderes del movimiento estudiantil por un mayor control de armas que surgió tras el tiroteo de 2018 en un instituto de Parkland (Florida)- sonaron al comienzo de la tercera jornada de la Convención Nacional Demócrata.
“He conocido días de lo más oscuros, días de dolor e incertidumbre (…) Estoy en una lucha diaria, pero luchar me hace más fuerte. No he perdido mi voz. Estados Unidos necesita que todos nosotros hablemos, incluso cuando tenemos que luchar para encontrar las palabras”, afirmó Giffords.
La excongresista una de las líderes de la lucha contra la violencia armada en el país, y en 2013 lanzó su propio grupo de acción política, “Estadounidenses a favor de soluciones responsables”, centrado en potenciar las campañas de candidatos al Congreso que están a favor de un mayor control de armas.
Al contrario que Giffords, Emma González no dio un discurso a cámara, sino que su voz se escuchó como parte de un video con un montaje de imágenes de jóvenes que, como ella, han luchado por un mayor control de armas y lideraron en 2018 la multitudinaria Marcha por Nuestras Vidas en Washington.
“Esto por lo que estamos luchando (el control de armas) va a ocurrir, porque estamos luchando muy duro por ello. Vamos a conseguir este cambio”, subrayó González, de 20 años.
En la misma sección habló también DeAndra Dycus, una madre afroamericana cuyo hijo DeAndre quedó paralítico a los 13 años cuando una bala perdida le atravesó el lado izquierdo del cráneo en 2014, cuando se encontraba en una fiesta de cumpleaños en Indianápolis (Indiana).
“Un disparo hizo añicos nuestras vidas para siempre. Hoy, DeAndre no habla ni camina”, afirmó Dycus, quien apenas ha podido ver a su hijo tres veces desde marzo debido a las restricciones relacionadas con la pandemia del coronavirus.
“La gente me dice que tengo que dar las gracias (porque está vivo). Sí, estoy en un espacio de gratitud, pero el hijo al que di la vida no puede vivir sus sueños, y eso duele”, añadió, al explicar que ni siquiera sabe si DeAndre es consciente de que una bala fue lo que le dejó paralítico.
Dycus opinó que al presidente estadounidense, Donald Trump, “no le importa” el problema de la violencia armada; “no le importaron las víctimas en Parkland, Las Vegas o El Paso”, mientras que Biden “se ha enfrentado dos veces a la NRA (Asociación Nacional del Rifle) y ganó, y lo hará de nuevo como presidente”.