San Francisco (EE.UU.), 24 ago (EFE).- Los peores pronósticos meteorológicos no se cumplieron la madrugada del lunes y dieron un respiro a los bomberos en su lucha contra los múltiples incendios que queman en California (EE.UU.), dos de los cuales son ya el segundo y tercer mayores de la historia del estado.
“Las condiciones atmosféricas no han terminado siendo tan críticas como nos temíamos, lo que es bueno. Nos han dado una oportunidad para lograr mucho progreso”, indicó en una rueda de prensa este lunes el jefe de operaciones del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios del estado (CalFire), Mark Brunton.
El escenario más temido era una nueva tormenta eléctrica como la ocurrida el fin de semana pasado, en la que cayeron 10.800 rayos, pero apenas lluvia, y se calcula que estos fueron responsables de iniciar más de 360 incendios.
Un nuevo fenómeno de estas características -nada habitual en California- hubiese podido causar nuevos fuegos o contribuir a extender los ya existentes, en un momento en que los cuerpos de bomberos a lo largo y ancho del estado se encuentran ya al límite.
Sin embargo, estos pronósticos no se materializaron y, en su lugar, se dieron condiciones de alta humedad y vientos suaves, lo que ayudó a lograr importantes avances contra las llamas.
Sí que hubo que lamentar en las últimas horas otra víctima fatal a causa del fuego, un hombre de 70 años que falleció mientras trataba de escapar de las llamas y cuyo cuerpo fue encontrado junto a su vehículo cerca de la población de Davenport, en una zona turística al norte de Santa Cruz.
Además, otras cuatro personas permanecen desaparecidas por culpa de este mismo incendio, que ya ha calcinado 30.000 hectáreas y que por el momento los bomberos solo han podido contener en un 8%.
El mayor de todos los fuegos activos se mantiene activo en el norte del estado, en la región vinícola de Napa, ha arrasado 142.000 hectáreas, 871 edificios y desde que fue declarado hace justo una semana, se ha cobrado la vida de cinco personas.
La buena noticia en este caso es que los bomberos han logrado avances importantes a lo largo de la noche del lunes y ya está contenido en un 22%.
Más problemáticas están siendo las tareas de contención apenas unos kilómetros al sur de Napa, en el fuego declarado cerca en una zona montañosa de la localidad de San José y que ya ha quemado 140.000 hectáreas, aunque por el momento no cabe lamentar ninguna pérdida de vidas humanas en este caso.
Pese a las grandes dimensiones de los fuegos actualmente activos en el estado, estos están resultando mucho menos mortíferos que los registrados en los últimos años, especialmente en 2017 y 2018, cuando en sendos incendios fallecieron 23 y 86 personas, respectivamente.
Por el momento, el total de fallecidos entre todas las conflagraciones activas no alcanza la decena, aunque sí cabe lamentar la destrucción de cientos de hogares y otros edificios.
Durante la tormenta eléctrica del fin de semana pasado en el estado cayeron más de 10.800 rayos, pero apenas lluvia, y se calcula que estos fueron responsables de iniciar más de 360 incendios.
Ante esta situación, el gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia.
Los incendios, que están liberando una enorme cantidad de humo al aire, se registran mientras el estado lidia con un aumento en los casos de coronavirus, lo que genera temores sobre la seguridad de los bomberos y de quienes se ven obligados a desalojar sus hogares.