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April 25, 2024

México cumple medio año de COVID sin un horizonte claro y miles de despedidas

Eduard Ribas y Martí Quintana

Una familia acude a un entierro el 26 de agosto de 2020 en el Panteón Municipal de Chalco, en el Estado de México (México). EFE/José Méndez

México, 28 ago (EFE).- México cumple este 28 de agosto seis meses de la confirmación del primer caso de coronavirus en el país pero este largo periodo no permite divisar todavía un horizonte claro de la evolución de esta epidemia que, más allá de las cifras, acumula decenas de miles de adioses.

Uno de los nombres de los 62.594 fallecidos oficiales es el de Rodolfo Pardo, quien se fue a los 81 años dejando una de las tantísimas historias que ilustran el paso de la COVID-19 por México.

Su nieta Flor cuenta a Efe que cuando enfermó el 14 de mayo, la familia dudó si llevarlo a un hospital público por miedo a la “saturación” y a la falta de equipo en los centros médicos, pero finalmente lo internaron.

Estuvo 18 días en un hospital de la capital mexicana, buena parte de ellos intubado y, como todos los enfermos, sin poder recibir visitas. Al principio les informaban los médicos por teléfono pero luego solo recibían por Whatsapp “reportes contradictorios” de su salud.

UNA EPIDEMIA LARGA

Un sepulturero cava unas tumbas el 26 de agosto de 2020 en el Panteón Municipal de Chalco, en el Estado de México (México). EFE/José Méndez

El 28 de febrero, cuando medio mundo ya padecía los estragos de la pandemia, el Gobierno mexicano anunció el primer caso de COVID en el país.

“Tenemos ya un caso confirmado de coronavirus, este consideraríamos que es el caso índice”, dijo en la tradicional conferencia matutina un casi desconocido Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud y hoy el rostro más visible de la estrategia contra el coronavirus.

Era un hombre italiano de 35 años residente en Ciudad de México, quien viajó a su país del 14 al 22 de febrero y presentó síntomas leves.

En un principio con cuentagotas y luego a un ritmo mucho más acuciado, el número de casos y fallecidos fue al alza.

El primer muerto oficial se dio a conocer el 18 de marzo, un hombre con obesidad y diabetes. Dos comorbilidades comunes en México que, según las autoridades, han disparado las cifras de muertos.

Cuando se cumplían dos meses de pandemia, el país sumaba más de 1.500 muertos, una cifra que creció hasta casi 27.000 muertos a finales de junio y que hoy sobrepasa los 62.500 fallecidos.

ENTRE CUBREBOCAS Y PRUEBAS

Una familia acude a un entierro el 26 de agosto de 2020 en el Panteón Municipal de Chalco, en el Estado de México (México). EFE/José Méndez

El coronavirus ha cosechado un sinfín de polémicas en México.

Parte de ellas alimentadas por el propio presidente y su comitiva, enfrascada en una guerra dialectal con sus “adversarios” y parte de la prensa desde que llegó al poder en diciembre de 2018.

Aunque la estrategia contra la pandemia está en mano de “técnicos”, el omnipresente Andrés Manuel López Obrador ha sido blanco de críticas por expresiones poco afortunadas.

Desde afirmar que la crisis le viene “como anillo al dedo” para la transformación que propugna hasta, en el principio de la pandemia, repartir besos y abrazos de gira por el país, cuando medio mundo ya estaba confinado.

El mandatario fue “desafortunado” pero podría haber partido de la “buena intención” de no querer “alamar a la gente”, dijo Macías.

SIN IMÁGENES CATASTRÓFICAS

Hablando de comparaciones, si de algo se sienten orgullosas las autoridades sanitarias mexicanas es de haber evitado imágenes de hospitales totalmente colapsados e incluso muertos en las calles, como ha ocurrido en otros lugares.

“Nos sentimos muy satisfechos porque no hemos tenido ningún caso de que por sobreocupación hospitalaria tengamos que tener a alguien fuera del hospital”, expresó López-Gatell en una entrevista con Efe en junio.

El funcionario lo atribuyó a la llamada “reconversión hospitalaria”, con la que se adquirieron ventiladores y se incrementaron las camas de terapia intensiva de unas 3.500 a más de 13.000.

Gracias a ello, el país registra actualmente un 36 % de ocupación de camas de hospitalización general y un 31 % de camas para enfermos críticos.