Phoenix (AZ), 30 oct (EFE).- Las casas de muchas familias mexicanas en Estados Unidos se ven adornadas estos días con los altares de muertos dedicados a familiares, amigos o vecinos, pero esta vez están más nutridos con las imágenes de los allegados que perdieron la vida a causa de la pandemia del coronavirus.
Entre flores de cempasúchil, velas, incienso, calaveritas de azúcar, pan de muerto, los mexicanos no dejan atrás sus tradiciones, pese a que la muerte ha azotado con fuerza sus hogares y se ha cobrado la vida de sus seres queridos o quizá por ello este año es especial y esta costumbre cobra más sentido que nunca.
Margarita Vargas Urueña, quien reside en Chandler (Arizona), colocó su ofrenda en tributo a su primo hermano Reyes Gutiérrez Urueña, quien murió a causa de la covid-19 a principios de julio, y a quien cariñosamente lo recuerdan como “Yeyo”.
“No alcanzó a llegar al hospital, le dio un paro respiratorio en la ambulancia y murió”, lamenta en declaraciones a Efe la mexicana, quien también vivió de cerca el temor de la enfermedad después de que su esposo también se contagiase del letal virus.
La crisis de salud pública ha dejado una estela de más de 225.000 fallecidos por la enfermedad de la covid-19 en los Estados Unidos, de los cuales más de una quinta parte corresponden a latinos, que se han visto afectados de manera desproporcionada por esta pandemia, de acuerdo con el recuento de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Cerca ya del 1 y 2 de noviembre, fechas en las que los mexicanos celebran el Día de Muertos, los tributos a los desaparecidos van sumándose por todo el país como muestra de la cultura y el folclor de miles de familias latinas.
HOMENAJE A TODOS LOS MUERTOS POR LA COVID-19
Muchos de estos altares, como muchos otros instalados no solo en casas, sino en instituciones, hospitales y sitios públicos, también están dedicados a las miles de personas que murieron a causa del coronavirus.
Vargas se dio a la tarea de colocar decenas de muñequitos de madera en su altar en representación a las víctimas de la covid-19 en el mundo: “Este altar también está dedicado a todos los que fallecieron de coronavirus y a sus familias que no pudieron despedirse”.
Estos homenajes requieren su buena dedicación. Desde bien temprano Vargas fue a buscar la flor de cempasúchil, que es escasa en Estados Unidos, y preparó ella misma el pan de muerto. Como toque especial, colocó unas cervezas en un honor a su primo, al que describió como “un ser bohemio”.
Dentro de las tradiciones mexicanas se encuentra la oración al Santo Rosario cuando se coloca la ofrenda a los finados, para así darle paz a las ánimas de los muertos que son honrados en los altares.
UNA PLEGARIA POR LAS ALMAS DE LOS DIFUNTOS
Margarita Molina Yáñez, una sobreviviente de coronavirus, quien durante casi dos meses estuvo hospitalizada con oxígeno a causa de fallas pulmonares por la enfermedad, levantó su voz para unirse en oración por “las almas de los difuntos”.
“Fue algo espantoso, se me iba la respiración y sentía un dolor terrible en el pecho, tenía coágulos de sangre en los pulmones, estuve conectada a cinco bolsas con antibióticos, pero nunca deje de hacer oración”, relató a Efe Molina, de 59 años y oriunda de Durango (México).
Ahora, esta inmigrante mexicana se solidariza en plegarias con todas las personas que padecieron la enfermedad y que perdieron a un ser querido durante estos meses de pandemia.
“En cuanto salí del hospital, le pedí a mi hija que me llevará a la capilla a orarle al Santísimo, así como estaba de débil fui con flores a darle las gracias por permitirme seguir viviendo”, señala Molina, mientras inicia una larga letanía en recuerdo a los que no tuvieron la misma suerte que ella.