Bogotá, 3 nov (EFE).– Exguerrilleros de las FARC celebraron este martes en la Plaza de Bolívar de Bogotá, centro del poder de Colombia, una jornada cultural y una feria empresarial con la que manifestaron su rechazo a la violencia que se ha cobrado la vida de 236 de ellos desde que se firmó el acuerdo de paz en noviembre de 2016.
Como en la víspera, los exguerrilleros se reunieron en la plaza vestidos de blanco y con banderas con la inscripción “Por la vida, por la paz”, así como con carteles con los que recordaron a quienes han sido asesinados y pidieron garantías para su reincorporación.
En una tarima ubicada a unos metros de la entrada del Capitolio, los miembros de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) colgaron otro letrero en el que le dicen al presidente colombiano, Iván Duque: “No firmamos la paz para ser asesinados”.
A los excombatientes se sumaron líderes sociales, defensores de derechos humanos y representantes de organizaciones sociales, que también piden garantías al Ejecutivo para ejercer su trabajo.
“Hoy estoy emocionada. Como mujer y activista estoy emocionada y le pido a Colombia que no escuche las voces que alientan la guerra que solo le sirve a quienes se apropian de los territorios, de la riqueza del subsuelo”, expresó a Efe Gloria Cuartas, exalcaldesa del municipio de Apartadó, en el departamento de Antioquia (noroeste).
Cuartas agregó: “Tenemos que acompañar a una generación en Colombia que tiene derecho a la paz y apoyar y caminar por una paz completa”.
La decisión de la FARC de marchar hacia Bogotá para exigir protección se tomó luego del asesinato, el pasado 16 de octubre en Mesetas, en el departamento del Meta (centro), del exguerrillero Juan de Jesús Monroy, líder de la reincorporación en esa región, y de su escolta, Luis Alexander Largo.
Los excombatientes llegaron el fin de semana a la capital colombiana en caravanas procedentes de distintas regiones del país y se prevé que comiencen a regresar a partir del jueves.
PASARELA CONTRA LA VIOLENCIA
Una de las principales actividades de este martes fue una pasarela de moda con ropa producida por exguerrilleros, víctimas del conflicto armado y familiares de militares que murieron violentamente.
Ángela María Herrera, que con su emprendimiento “Manifiesta. Hecho en Colombia” trabaja con los exguerrilleros en la producción de ropa para mujer, aseguró a Efe que el objetivo del desfile es “mandar un mensaje de reconciliación y de paz a la sociedad colombiana”.
“El día de hoy se ven unas 30 prendas, que son de nuestra última colección. Tenemos vestidos y quimonos en estampados florales que evocan las selvas colombianas, pero también chaquetas en materiales antifluidos porque decidimos tener un nuevo diseño dada la pandemia”, detalló a Efe Herrera.
Las mujeres que desfilaron ante el público, que formó un círculo para verlas, levantaron carteles con mensajes como “No más asesinatos de exguerrilleros”, “Implementación del acuerdo de paz ya” y “Hagamos la moda y no la guerra”.
MÚSICA POR LA PAZ
A la tarima subió la Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara de Bogotá, que se sumó al acto “por el respeto a la vida de los firmantes del acuerdo de paz” e interpretó canciones como “Colombia Tierra Querida”.
Igualmente participó el músico César López, creador de las “Escopetarras”, guitarras fabricadas a partir de escopetas fundidas, como símbolo de paz.
Entre tanto, en la feria, a la que asistieron congresistas y ciudadanos que pasaban por el centro de la ciudad, los excombatientes vendieron productos como cerveza y café.
RECONOCIMIENTO DE ATENTADOS
Por otra parte, la antigua guerrilla se atribuyó este martes la planeación y ejecución de dos atentados con explosivos contra el exvicepresidente colombiano Germán Vargas Lleras, en una carta dirigida al expresidente Juan Manuel Santos.
Vargas Lleras, que fue vicepresidente de Santos entre 2014 y 2017 y candidato presidencial en 2010 y 2018 por el partido de derecha Cambio Radical, combatió desde la política a las FARC como guerrilla y siendo senador denunció los abusos que cometían en la zona de distensión creada en el sur del país para los fallidos diálogos de paz con el presidente Andrés Pastrana (1998-2002).
Por eso fue víctima de dos ataques terroristas, uno de ellos el 13 de diciembre de 2002 con un libro-bomba que le amputó varios dedos de la mano izquierda, y otro el 10 de octubre de 2005 con un carro bomba del que salió ileso aunque la explosión dejó nueve heridos.
La guerrilla aseguró que pedirá “perdón con humildad” a Vargas Lleras, “así como a todos aquellos que resultaron afectados de algún modo por ello”.