Panamá, 3 nov (EFE).- Eta, el poderoso huracán de categoría 4 que ya tocó tierra a lo largo de la costa de Nicaragua, puede afectar a cerca de 500.000 menores de edad en ese país, alertó este martes Unicef, que junto a sus aliados ha preparado suministros de emergencia para atender a esta población.
El fenómeno meteorológico tocó tierra este martes con vientos máximos sostenidos de 220 kilómetros por hora (140 m/h), según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de Estados Unidos, y “podría afectar a 1.227.000 personas, incluidos casi 500.000 niños, niñas y adolescentes, dijo la oficina regional de Unicef, con sede en Panamá.
El organismo de la ONU explicó que Eta podría causar marejadas ciclónicas, inundaciones y deslizamientos de tierra potencialmente mortales, especialmente en áreas costeras vulnerables, y que ante ese escenario, junto a sus aliados en Nicaragua, ha preparado “suministros de emergencia y desarrollado un plan de respuesta conjunta para abordar las necesidades de los niños y las familias”.
Unicef precisó que tiene preparados 3.000 kits de higiene familiar, 3.000 recipientes de agua, 87 cajas de tabletas para desinfección para tratar aproximadamente 3.400 m3 de agua y 50 pruebas de cloro para monitorear la calidad del agua con capacidad para hacer 12.000 pruebas.
Esos insumos, indicó, pueden cubrir las necesidades de 15.000 personas, incluyendo 6.000 niños y niñas, y se encuentran en espera para ser entregados al Ministerio de Salud y al Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) de Nicaragua.
Como parte del plan de respuesta, Unicef “está trabajando con el Gobierno y nuestros aliados para apoyar urgentemente a los niños y las familias que puedan verse afectadas”, dijo representante Adjunto del organismo en Nicaragua, Paolo Sassaro.
Los esfuerzos incluyen “el suministro de agua e higiene y la difusión de mensajes de prevención de riesgos y seguridad a las comunidades. También estamos coordinando estrechamente con las autoridades para garantizar que los refugios sean adecuados, seguros y estén equipados con las provisiones necesarias para los niños, niñas y adolescentes”, agregó.
Las autoridades nicaragüenses han asegurado que 20.000 ciudadanos que habitan las zonas amenazadas por el huracán se encuentran refugiados en iglesias, escuelas y casas seguras.
También han reportado daños materiales en el Caribe norte, como caída de tendido de energía eléctrica, de árboles y desprendimiento de techos de zinc de las viviendas, así como inundaciones en calles y crecida de ríos en comunidades de la Región Autónoma del Caribe Norte (RACN), una zona muy pobre con poca población -en su mayoría indígenas miskitos y mayagnas- sin registro de víctimas según las primeras informaciones.