Miami, 17 nov (EFE).- El huracán Iota, que la noche del lunes tocó tierra en Nicaragua con categoría 4, se degradó este martes a tormenta tropical, pero mantiene su amenaza de “inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra potencialmente catastróficos”, informaron los meteorólogos.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) indicó en su boletín de las 18.00 GMT de hoy que Iota es una tormenta tropical con vientos máximos sostenidos de 65 millas por hora (105 km/h) que se desplaza hacia el oeste con una velocidad de traslación de 12 millas por hora (19 km/h).
Los meteorólogos alertaron, sobre todo, de los “potenciales catastróficos deslizamientos de lodo” que se pueden producir en zonas de Centroamérica hasta el jueves próximo.
La tormenta tropical “se moverá hoy hacia el interior a través del norte de Nicaragua y, esta noche, atravesará el sur de Honduras” antes de disiparse cerca de El Salvador en la mañana del miércoles.
Según el pronóstico del NHC, Iota se degradará a depresión tropical esta tarde y se transformará en un remanente de baja presión el miércoles.
Se mantiene un aviso de tormenta tropical para Bluefields (Nicaragua) y que se extiende hasta la frontera de Guatemala con Honduras.
Los expertos insistieron en que este fenómeno meteorológico todavía supone riesgo de “inundaciones repentinas potencialmente catastróficas” en partes de América Central durante uno o dos días.
La furia de Iota, que llegó a tener vientos de 260 kilómetros por hora, destrozó techos de viviendas, colapsó el tendido eléctrico e inundó decenas de calles en el Caribe norte de Nicaragua, donde tocó tierra la noche del lunes.
Iota entró cerca de Haulover, en la costa caribeña de Nicaragua, donde habitan unas 350 familias con 1.750 personas, en su mayoría indígenas de origen miskito, una comunidad dedicada a la pesca artesanal y al turismo, y que fueron evacuados en su totalidad.
El punto en el que tocó tierra Iota está 15 kilómetros al sur de donde lo hizo el ciclón Eta, también de categoría 4, el pasado 3 de noviembre.
Hasta ahora ha habido 30 tormentas tropicales con nombre, de las cuales 13 han sido huracanes y, de estos, 6 han sido mayores.
Queda hasta el 30 de noviembre para que se acabe oficialmente la temporada de huracanes en el Atlántico, que este año ha registrado una actividad por encima de lo normal.