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November 15, 2024

Figuras de Hernández y Trump serán “quemadas” en la Nochevieja en Honduras

Tegucigalpa, 30 dic (EFE).- Las figuras de los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández, y de Estados Unidos, Donald Trump, serán quemadas en Tegucigalpa la última noche del 2020, el primero, por la falta de control de la corrupción y, el segundo, por su rechazo a los miles de inmigrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños.

Representado en un monigote, Trump es la principal imagen que el hondureño Julio César Colindres escogió este año para prenderle fuego la última noche de 2020 y recibir el 2021, como parte de una tradición popular en el país.

“Trump acaba de perder las elecciones en Estados Unidos, los latinos no lo quieren”, dijo a Efe Colindres, un hombre humilde que, desde hace dos años, viene elaborando monigotes en el céntrico barrio La Leona para ser quemados al final del año.

Por cabeza y para que no haya duda de quien se trata su “Año viejo”, al monigote le colocó una fotografía ampliada de Trump y le quitó un tapabocas que le había puesto debido, explicó, a que el presidente estadounidense había puesto en duda su eficacia desde el inicio de la pandemia del coronavirus, enfermedad que le afectó a él y a la primera dama, Melania Trump, en octubre pasado.

Estados Unidos es el país más golpeado del mundo por la pandemia con más de 19,2 millones de casos confirmados y 334.000 muertos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

LA CORRUPCIÓN TAMBIÉN SERÁ QUEMADA

De la “hoguera” no se escapará la corrupción, que Colindres la ha representado en un monigote con la figura del gobernante hondureño, cuyo Gobierno y otros han sido salpicados por denuncias de delitos de corruptela.

La imagen del presidente Hernández, vestido con una bata desechable, gorro y mascarilla, será quemada porque “hay gente que no lo quiere y gente que lo quiere, ha hecho cosas buenas, para otros malas, lleva casi 8 años de Gobierno, es el que tiene más popularidad”, explicó Colindres.

Señaló que el segundo mandato de Hernández, que inició el 27 de enero de 2018, ha sido “malo”, aunque destacó que el Gobierno ha apoyado a muchos afectados por la pandemia de covid-19 y los efectos de las tormentas tropicales Eta e Iota.

Las representaciones de personajes, rellenas con morteros y petardos, hechas este año por artesanos en diferentes ciudades, serán quemadas en la última noche del año como una tradicional expresión popular en contra de personajes que, en opinión de sus creativos, le hacen el mayor daño al país.

Colindres espera recibir el 2021 con la esperanza de que el nuevo año traiga “paz, todo cambie” y que los diputados y funcionarios públicos “se ablanden (para que), haya más oportunidades para las personas”.

Dijo además que los monigotes que son quemados cada año representan a figuras públicas en el poder porque no han hecho cosas a favor del pueblo, sino para ellos.

JUAN PUEBLO, PROBLEMAS DE LOS HONDUREÑOS

En otro extremo, siempre en Tegucigalpa, los empleados de un taller de tapicería elaboraron un monigote representando al pueblo hondureño y la situación económica que afecta a la población por los efectos de la pandemia y las tormentas tropicales.

El monigote representa “al pueblo herido, golpeado por todas las cosas que han pasado, los fenómenos (naturales), la covid-19, mucho ente pidiendo en las calles, ha sido un año muy duro para la mayoría del pueblo”, explicó Alexander Lagos, quien con su hermano Luis llevan varios años haciendo Años viejos en el extremo sur de la capital.

Señaló que en la elaboración del monigote -un hombre vestido con ropa y zapatos viejos y un gorro alusivo a la Navidad-,han participado todos los empleados de taller.

Los tradicionales monigotes de fin de año en Honduras son elaborados al aire libre para que la gente los aprecie y, de paso, si tiene voluntad, contribuya con algún aporte económico para la compra de los cohetes, morteros y petardos con que serán rellenados, incluso para hacerse fotos.

Lagos, al igual que muchos hondureños, confía en que el 2021 “florezca una nueva Honduras y que se termine tanto problema, tanta muerte para nuestro país”.

Durante muchos años la tradición era quemar monigotes rellenos de cohetes, representando el Año viejo, pero en las últimas décadas en varias ciudades del país se han venido elaborando imágenes a semejanza de otros personajes, en su mayoría políticos, comenzando por el gobernante de turno.

Los hondureños cierran 2020 golpeados por una difícil situación económica del país derivada de la pandemia de covid-19 sufre desde marzo, que deja a más de 120.000 personas contagiadas en el país, y los severos daños a la infraestructura que dejaron Eta e Iota.