Washington, 7 ene (EFE).- Cuatro personas murieron este miércoles y al menos 14 policías resultaron heridos durante el asalto al Capitolio de EE.UU., aseguraron a última hora de la jornada las autoridades locales, que informaron además de por lo menos 52 arrestos.
Las autoridades de Washington habían informado inicialmente de la muerte de una mujer, que falleció como consecuencia del disparo de la Policía del Capitolio, pero después actualizaron esa cifra.
Otras tres personas, que no identificaron, fallecieron como consecuencia de “urgencias médicas” que sufrieron en las instalaciones del Capitolio, dijo el jefe de la Policía Metropolitana de Washington, Robert Contee, en una rueda de prensa nocturna.
Contee no dio más detalles sobre esas muertes y agregó que 14 agentes de policía resultaron heridos durante los incidentes en el Capitolio, dos de ellos de forma “grave”.
Las autoridades han detenido al menos a 52 personas tanto en el Capitolio como en otros rincones de la capital estadounidense, de las cuales unas 30 fueron arrestadas por violaciones del toque de queda que impuso la Alcaldía de Washington a partir de las 18.00 horas (23.00 GMT).
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, extendió durante quince días más el estado de emergencia pública en la capital, hasta después de la investidura del presidente electo, Joe Biden, prevista para el 20 de enero.
Contee aseguró además que las autoridades encontraron y desactivaron dos bombas caseras en las inmediaciones de las sedes de los comités nacionales (secretariados) de los partidos demócrata y republicano (DNC y RNC, respectivamente).
También hallaron un vehículo en el terreno del Capitolio donde había un rifle y hasta diez cócteles molotov, informó la cadena CNN.
El asalto al Congreso se produjo cuando ambas cámaras celebraban una sesión para corroborar la victoria electoral de Biden en las elecciones de noviembre pasado.
El presidente saliente Donald Trump había instado a sus aliados a interferir en ese proceso y a su vicepresidente, Mike Pence, a arrogarse un poder que no le otorga la Constitución, y arengó a sus simpatizantes a que siguieran luchando durante un mitin por la mañana en Washington.
Los seguidores del presidente se dirigieron luego al Capitolio y entraron por la fuerza en el edificio, hasta que las autoridades consiguieron desalojarlos más de tres horas después, en las que vandalizaron el lugar.