Washington, 7 ene (EFE News).- Guardias adormilados por el frío, vallas quebradas y trabajadores afanados en limpiar los destrozos provocados, así amaneció este jueves el Capitolio federal tras el insólito y caótico asalto de una turba de seguidores del presidente Donald Trump, que dejó al menos cuatro muertos.
El fuerte despliegue policial de primera hora del jueves contrastaba con la debilidad mostrada el miércoles cuando los agentes se vieron sobrepasados por las hordas de trumpistas que, enardecidas por la escasa resistencia, derribaron vallas, escalaron andamios y rompieron ventanas para acceder al Legislativo.
NADA BONITO
Cuando el sol despuntaba, la escena dejaba entrever las cicatrices de la batalla del día anterior, y todavía se podían ver arrugadas pancartas de apoyo a Trump y alguna pintada contra los demócratas y los medios de comunicación.
“Igual hay que continuar trabajando, pero sí fue algo muy lamentable”, explicó a Efe Freddy, un limpiador de origen dominicano, mientras trabajaba en la escalinata Este del Capitolio.
“Nunca, nunca había visto algo por el estilo. Bastante basura, todo desordenado, nada bonito”, agregó al buscar algo comparable en sus más de quince años en el Congreso.
Dentro, en los pasillos del Capitolio, solo se veían los carros de los servicios de limpieza y a funcionarios haciendo inventario de los destrozos, entre ellos sillas y mesas rotas.
Ni rastro de los congresistas y senadores que tuvieron que ser evacuados en un primer momento ante la amenaza los asaltantes y que regresaron por la noche para culminar el proceso de certificación de los votos y declarar así oficialmente al demócrata Joe Biden como próximo presidente.
Afuera, en el silencio del amanecer, apenas se escuchaba a los pájaros madrugadores y los pasos apresurados de las tropas de soldados desplegados que comenzaban a retirarse tras haber permanecido en guardia durante la gélida noche.
En medio del caos del miércoles, la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, decretó el toque de queda entre las seis de la tarde y las seis de la mañana, y hoy anunció la extensión de la medida hasta el próximo 21 de enero, un día después que tome posesión Biden.