Washington, 21 ene (EFE News).- El nuevo presidente, Joe Biden, alertó este jueves de que la cifra de muertos por la covid-19 en su país superará probablemente los 500.000 en febrero, y reconoció que le llevará meses “darle la vuelta” a la estrategia de la pandemia de su predecesor, Donald Trump.
“Las cosas van a seguir empeorando antes de mejorar”, dijo Biden durante un acto en la Casa Blanca, en el que firmó una decena de medidas y decretos para acelerar la respuesta a la pandemia.
“La cifra de muertos probablemente superará los 500.000 el mes que viene (…). Nos va a llevar meses darle la vuelta a esta situación”, añadió el mandatario.
Estados Unidos rebasó el pasado martes la barrera de los 400.000 fallecimientos por covid-19 y ha sumado otros 8.000 decesos en las 48 horas siguientes, hasta sobrepasar los 408.000, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
El pronóstico de Biden coincide con el del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME, en inglés) de la Universidad de Washington, que calcula que, si continúa la trayectoria actual, Estados Unidos superará el medio millón de muertos el día 19 de febrero y empezará marzo con más de 521.000 fallecidos por la enfermedad.
“A lo largo del último año, no pudimos apoyarnos en el Gobierno federal para que actuaran con la urgencia, la concentración y la coordinación que necesitamos, y hemos visto el coste trágico de ese fracaso”, opinó Biden.
El nuevo mandatario anunció una nueva estrategia para hacer frente a la pandemia como si fuera una “guerra”, que incluye medidas para acelerar el ritmo de vacunación, una campaña cuya implementación describió como “un fracaso deplorable”.
Entre otras medidas, Biden firmó un decreto que confirma que Estados Unidos exigirá a quienes entren al país desde el extranjero hacerse una prueba de covid-19 antes de volar, y hacer cuarentena después. El primero de esos requisitos ya lo anunciaron la semana pasada los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
Otra de sus medidas ordena el uso de mascarillas en aeropuertos y en la mayoría de aviones, trenes, barcos y autobuses de media y larga distancia, algo que su predecesor, Donald Trump, se negó a hacer.
Biden también mandó recurrir a la Ley de Producción de Defensa, una legislación adoptada en 1950 en respuesta a la Guerra de Corea, para movilizar al sector industrial y acelerar la fabricación de máscaras, respiradores y otros equipos contra la pandemia.