Los Ángeles, 27 ene (EFE).- La idea de priorizar la legalización de trabajadores esenciales indocumentados como Wendolyne Celestino, quien trabaja limpiando un hospital en Los Ángeles, está tomando más fuerza entre activistas y los mismos inmigrantes, que ven un escenario más favorable para que este grupo logre obtener el apoyo necesario en el Congreso y se apruebe una ley en su favor en medio de la pandemia de covid-19.
“Los trabajadores esenciales hemos estado en las primeras filas de la lucha contra esta enfermedad, y creo que nos merecemos que se tenga en cuenta este aporte”, dijo a Efe Celestino, de 27 años y oriunda del estado mexicano de Michoacán.
La joven inmigrante se ha convertido en la imagen de la campaña “Legalización de Trabajadores Esenciales” impulsada por más de una decena de organizaciones comunitarias de California y Texas, y que este miércoles inició el envío de miles de cartas al Congreso y la Casa Blanca pidiendo apoyo a su causa.
La estrategia de mandar las cartas está dirigida tanto a la Administración del presidente Joe Biden como a legisladores demócratas y republicanos. Celestino le envió su carta directamente a Biden.
UNA HISTORIA QUE SE REPITE
La historia de esta mexicana, que llegó en brazos de sus padres a Estados Unidos, es un recuento de las muchas angustias que han vivido los inmigrantes en una espera de varias décadas por la tan anhelada legalización
“Con mi mamá y mi papá fuimos a las marchas de 2006 en el centro de Los Ángeles. Era una niña y creía que nos iban a dar los papeles”, recuerda con nostalgia.
Pero todo se quedó en sueños para Celestino y su familia. Su padre, Israel, fue deportado en 2009 después de que lo descubrieran tratando de sacar una licencia con documentación falsa. “Solo quería la licencia para conseguir un trabajo mejor”, cuenta Wendolyne con un nudo en la garganta.
Esta deportación marcó la separación de la familia de seis, que nunca más volvió a estar unida.
Detrás de Israel se fue su esposa con el hijo menor nacido en EE.UU., y aunque intentaron ingresar nuevamente en 2014 volvieron a ser expulsados del país.
El mexicano murió en 2016, y Wendolyne no pudo ir a su funeral porque aún no le aprobaban el beneficio de DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia).
“Este llamado también es por todos aquellos indocumentados que murieron intentando darle a su familia una vida mejor, muchos de ellos en el trabajo víctimas de coronavirus”, añade la inmigrante, quien también se contagió de covid-19.
“ESENCIALES”, CLAVE PARA LEGALIZACIÓN
Para Francisco Moreno, director ejecutivo del Consejo de Federaciones Mexicanas (COFEM), la clave para legalizar a este grupo de indocumentados es el hecho de que son “esenciales”, una fortaleza que incluso a los conservadores les será difícil rebatir.
“Ya vimos que los republicanos comenzaron a poner piedras en el camino para (dificultar) que la Administración Biden cumpla la promesa de una reforma integral. Debemos encontrar una ruta real”, resaltó Moreno.
La campaña también quiere respaldar los pedidos de legisladores como el senador Alex Padilla y el representante Joaquín Castro para legalizar primero a los trabajadores esenciales.
“Necesitamos urgentemente una coalición”, agregó el activista.
La meta de la campaña no está alejada incluso de los movimientos de la Casa Blanca. Según un reportaje del medio de noticias Politico, fuentes cercanas al presidente Biden dijeron que la Administración demócrata estaría dispuesta a negociar la reforma migratoria por partes.
“No es un enfoque de todo o nada. No estamos diciendo que se tiene que aprobar el proyecto de ley de Biden”, dijo a Politico una fuente con conocimiento de las discusiones en la Casa Blanca.
De acuerdo con las fuentes, el principal objetivo del Gobierno Biden es el progreso. Y si eso significa mover componentes de la reforma a través del Congreso uno a la vez, o en paquetes más pequeños, Biden estaría de acuerdo con esto.
MILES DE CARTAS DE APOYO
Los activistas esperan inundar la Casa Blanca con 300.000 cartas. Las oficinas de los líderes de las minorías republicanas en el Congreso, como el representante Kevin McCarthy, y otros conservadores están en la mira de estas organizaciones.
Un reciente estudio realizado por el grupo FWD.us mostró que más de dos tercios de los indocumentados en edad de trabajar tienen empleos de primera línea y son considerados esenciales en la lucha contra la covid-19.
La investigación también encontró que casi un millón de trabajadores esenciales son “soñadores” amparados por DACA, a quienes desde su campaña el hoy presidente Biden y su vicepresidente Kamala Harris prometieron proteger.
“Espero que el Congreso entienda que las mesas de los estadounidenses tienen alimentos por el trabajo de muchos indocumentados, que sus hospitales y casas están limpios por estas manos. Somos esenciales y merecemos que nos traten como eso”, valoró Celestino.