Washington, 2 mar (EFE News).- El gobernador de Texas, Gregg Abbott, levantó este martes la orden a nivel estatal de llevar mascarilla para protegerse de la covid-19, con lo que se convierte en el primer gran estado del país en eliminarlo, pese a las advertencias de las autoridades médicas en medio de la pandemia.
En una rueda de prensa desde Lubbock (Texas), Abbott indicó que también a partir del próximo 10 de marzo todos los establecimientos podrán abrir sin ningún tipo de restricción.
“Demasiados texanos han sido apartados de oportunidades de empleo. Demasiados propietarios de pequeños negocios han sufrido para pagar sus cuentas. Esto tiene que acabar. Es hora de abrir Texas al 100%”, afirmó Abbott.
“Además -agregó- pongo fin a la orden de la mascarilla”.
Abbott justificó su decisión por el buen ritmo de vacunación, y señaló que la próxima semana se habrán administrado más de 7 millones de vacunas.
No obstante, pidió “responsabilidad personal” y seguir las indicaciones médicas.
Texas, el segundo estado más poblado con 30 millones de habitantes, es el tercero, detrás de Nueva York y California, con mayor número de muertos por la pandemia con más de 40.000 fallecidos.
La orden de mascarilla llevaba en vigor en el estado desde hacía 8 meses.
Texas se une así a otros doce estados, de los 50 del país, que contaban con un mandato obligatorio de uso de la mascarilla, como Florida o Arizona.
Aunque en las últimas jornadas la media diaria de nuevos casos ha descendido notablemente en EE.UU., hasta situarse por debajo de los 70.000 diarios, frente a los cerca de 300.000 de comienzos de año, las autoridades siguen advirtiendo del peligro existente, especialmente debido a la aparición de nuevas cepas.
“Ahora no es el momento de relajar las restricciones. Aunque hemos visto grandes reducciones en los casos y las admisiones hospitalarias en las pasadas seis semanas, estos declives se producen después del mayor pico que hayamos registrado en la pandemia”, subrayó Rochelle Walensky, directora de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en inglés), el viernes en una rueda de prensa.
Estados Unidos, el país más golpeado del mundo por la pandemia, registra ya más de 28,5 millones de casos y más de 515.000 fallecidos, según el último recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.