Nueva York, 12 mar (EFE).- La presión política ejercida sobre el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, no ha dejado de aumentar esta semana, especialmente después de conocerse los detalles de una de las seis acusaciones de acoso sexual vertidas en su contra, pero este viernes el regidor se ha negado nuevamente a renunciar, y ha arremetido contra aquellos que le han dado la espalda.
“No he hecho lo que se ha alegado, y punto”, dijo Cuomo en una rueda de prensa telefónica, en la que destacó la posibilidad de que las acusaciones se deban a algún tipo de motivación oculta.
“Como antiguo fiscal general y alguien que ha pasado por esta situación muchas veces, a menudo hay muchos motivos para presentar alegaciones”, apuntó el gobernador.
Cuomo, que de la noche a la mañana ha pasado de ser considerado un héroe por su gestión de la pandemia a ser rechazado por una larga lista de sus propios compañeros de partido, ha descrito a los políticos que han pedido su dimisión como “insensatos y peligrosos”.
“Los políticos que no saben ni un solo hecho y aun así llegan a una conclusión y a una opinión, son en mi opinión insensatos y peligrosos”, aseveró antes de instar a los ciudadanos de Nueva York a desconfiar de este tipo de representantes.
De los seis testimonios de mujeres que han asegurado haber sido víctimas de acoso sexual o de comportamientos inapropiados por parte del político neoyorquino, ha sido el último el que mayor impacto ha causado.
Según información publicada por el diario local Albany Times Union, una joven empleada de Cuomo fue asaltada sexualmente en la residencia oficial del gobernador a finales de 2020, cuando el político le pidió que acudiera a ayudarle a solucionar un problema con su móvil.
Cuomo habría entonces metido sus manos debajo de la blusa de la empleada, que no ha sido identificada, y le manoseó los pechos.
Un día después de conocerse los detalles, la Asamblea Legislativa de Nueva York anunció este jueves una investigación para establecer si se celebra un juicio político en su contra, mientras que un grupo de 59 legisladores estatales demócratas emitió un comunicado pidiendo su renuncia.
Este viernes las cosas para Cuomo empeoraron aun más si cabe, cuando horas antes de la comparecencia del gobernador ante la prensa, 11 representantes en las cámaras legislativas de Washington, entre ellos la popular Alexandria Ocasio-Cortez y Jamaal Bowman, exigían también su dimisión.
Además, una reportera que había cubierto política local en Albany, la capital del estado de Nueva York, para el medio Politico también anunció haber sufrido su comportamiento inadecuado.
Minutos antes de las declaraciones de Cuomo de este viernes, el New York Times publicó un artículo en el que aseguraba haber hablado con “docenas” de sus empleados, tanto actuales como antiguos, que describieron el lugar de trabajo del regidor como caótico, poco profesional y tóxico, especialmente para mujeres jóvenes.
Pese a todo, Cuomo, que lleva más de una década en el cargo y que es hijo de Mario Cuomo, quien también fue gobernador de Nueva York durante tres mandatos, se mantuvo firme en su decisión de no renunciar, e insinuó que está siendo atacado por, según él, no formar parte del establecimiento político.
“Parte de esto es que no soy parte del club político. ¿Y sabes qué? Estoy orgulloso de ello”, dijo este viernes en su comparecencia ante la prensa, en la que acusó a los que han exigido su dimisión de “ceder ante la presión”.
“El pueblo conoce la diferencia entre los juegos políticos y ceder ante la cultura de la cancelación, y la verdad”, agregó.
El gobernador se agarró sobre todo a las investigaciones que está llevando a cabo tanto el comité judicial de la Asamblea Legislativa estatal como a la que está llevando a cabo la Fiscalía General de Nueva York, y señaló que hay que esperar a conocer sus conclusiones.
“Dejen que la investigación avance. No voy a renunciar. No fui elegido por los políticos, fui elegido por el pueblo”, sentenció.
Helen Cook