Denver (CO), 5 abr (EFE).- Agencias federales y fiscales estatales de todo el país reiteraron este lunes la advertencia sobre los peligros y las consecuencias de comprar en línea, a un costo de cientos de dólares, falsas tarjetas de vacunación contra la covid-19, debido al impacto negativo de ese fraude en la salud de la población y en la identidad de los involucrados.
Según indicó el FBI, sus agentes ya están investigando varias plataformas en línea que ofrecen las tarjetas falsas amparándose en el hecho de que hasta el momento no existe un sistema federal para autenticar la validez de esas tarjetas.
“Eso facilita las acciones de los estafadores que producen esas tarjetas”, indica el comunicado del FBI, subrayando que “la tendencia (de comprar esas tarjetas) sigue creciendo”.
El pasado 30 de marzo, el FBI ya había pedido que si alguien no había sido vacunado “no compre tarjetas de vacunación falsas, ni tampoco complete tarjetas auténticas con información falsa”.
Dado que esas tarjetas están bajo la jurisdicción del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos y del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), falsificarlas constituye el uso no autorizado de sellos oficiales, un acto delictivo según el Título 18, sección 1017 del código penal estadounidense.
Según el FBI, las personas buscan esas falsa tarjetas por distintos motivos, como ingresar a escuelas, usar el transporte público o congregarse en iglesias. Pero, al hacerlo, no solamente se comete un delito sino que pone en peligro la salud de aquellos que asumen que la persona que compró la tarjeta realmente ha sido vacunada.
En ese contexto, el procurador general de justicia de Connecticut, William Tong, se sumó hoy a una coalición de otros 45 fiscales estatales, encabezados por John Stein (Carolina del Norte) y Herbert Slatery (Tennessee) pidiendo la intervención federal para frenar la venta de tarjetas falsas en Twitter, eBay y Shopify.
“Las tarjetas falsas son un peligro para la salud pública”, dijo Tong, agregando que las plataformas mencionadas “deben tomar acciones inmediatas” para impedir que el fraude continúe.
Por su parte, el doctor Iván Sosa, a cargo de un proyecto de ayuda de salud de inmigrantes y refugiados en Aurora, Colorado, fustigó a quienes compran las tarjetas falsas por “olvidarse de los adultos mayores, de los diabéticos y de las personas en riesgo”.
“Cualquier persona puede ser un portador y exponer a otros al coronavirus. Y basta un solo de esos casos para que se cierre un centro comunitario o una escuela, o una familia pierda a sus abuelos”, comentó Sosa.
“No sé cuál es la solución para determinar si alguien realmente se vacunó. La gente miente mucho. Quizá sea cuestión de educación para que aprendan a proteger a los otros”, agregó.