San Juan, 10 abr (EFE).- Elio Morillo, ingeniero de operaciones del explorador robótico Perseverance de la NASA, nacido en Ecuador pero puertorriqueño de adopción, conoce bien el significado de la perseverancia por el trabajo de toda una vida, según relató en entrevista con Efe.
Y ese mismo empeño con el que este ingeniero ha podido vencer vicisitudes en sus 27 años de vida, lo demostrará el próximo domingo cuando él y un grupo de colegas de la NASA lancen en Marte un helicóptero -junto al Perseverance-, el primer aparato de este tipo que viaje fuera de la Tierra.
Ese “saltito” del helicóptero, como lo describió Morillo, será solo de entre 3 y 5 metros de altura, “para comprobar que podemos volar en Marte”.
“LA GRAN LECCIÓN DE MI VIDA”
“Siempre es un desafío tras otro, pero siempre en la lucha. Esa ha sido la gran lección de mi vida. Perseverance es la definición de mi vida, por ponerlo más sencillo”, expresó Morillo.
Según relató, “por casualidades de la vida” fue que vivió en Puerto Rico, y por lo “educativo, cultural y formación” se considera puertorriqueño.
Morillo pasó sus primeros seis años de vida en Ecuador, pero debido a la crisis económica y social del país sudamericano, que dejó a la madre de Morillo, maestra de profesión, sin trabajo, decidieron mudarse a la isla, donde ya su hermano mayor residía.
SIN INTERNET DURANTE SU ADOLESCENCIA
Fue específicamente a Caguas, municipio aledaño a San Juan, donde él y su madre se reubicaron, en una residencia que no contaba con televisión con cable ni internet.
Morillo fue matriculado en la Escuela Luis Cartagena Nieves, actualmente cerrada, mientras que su madre volvió a enseñar en las aulas.
“Allí tuve unas maestras que siempre se inventaban de todo. Siempre nos apoyaban en las competencias de matemáticas y ciencias. Fue bien formativo”, recordó.
Tras varios años en la escuela pública, Morillo fue becado académicamente en el colegio privado Notre Dame, también en Caguas.
LA EDUCACIÓN ERA PRIORIDAD
Siendo su madre una maestra, la educación era prioridad en su casa. “En casa no se aceptaban las B -un nivel de calificación académica inferior al óptimo”, admitió.
Morillo y su madre, esperanzados en que Puerto Rico estaba económicamente más estable que Ecuador, sufrieron no obstante problemas financieros.
OTRA MUDANZA, AHORA A NUEVA YORK
Esto llevó a que el joven Morillo y su progenitora decidieran mudarse a Nueva York, donde tuvieron que lidiar con la barrera del inglés.
El proceso para que Morillo lograra ser matriculado en alguna escuela neoyorquina era más difícil de lo que pensaban, algo casi tan complicado como ser aceptado en una universidad.
Según dijo, ya en aquel entonces las ciencias y la tecnología le llamaban mucho la atención.
Fue así como el joven estudiante fue aceptado en la New Explorations into Science, Technology & Math School.
“En ese tiempo, la escuela no era especializada, pero al pasar los años se ha convertido en una de las mejores de Manhattan. Ahora hay que tomar un examen para entrar”, dijo.
SE DEMORABA UNA HORA PARA LLEGAR A LA ESCUELA
Pese a que fue admitido a esta escuela especializada, otra vicisitud que tenía que enfrentar era llegar al instituto, lo que le demoraba una hora.
El joven continuó destacando académicamente, por lo que al graduarse de escuela superior y mientras esperaba ser admitido en alguna universidad consiguió ser aceptado en un programa de verano en la Universidad de Michigan.
EN MICHIGAN SE ABRIERON LAS PUERTAS DE TRABAJO
Finalmente, en Michigan obtuvo un título en Ingeniería Mecánica, un grado en Ingeniería Eléctrica y una maestría en Diseño e Ingeniería de Sistemas Espaciales.
“Ahí se me abrieron las puertas al mundo aeroespacial, con compañías en Estados Unidos”, explicó.
Entre esos trabajos se destacan diseñar turbinas de aviones, y en proyectos secretos del Departamento de Defensa, hasta que finalmente es contratado para trabajar en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), entidad que el pasado 30 de julio lanzó el Rover Perseverance hacia Marte en busca de rastros de vida antigua.
Allí, concretamente en 2016, le integraron en la misión al planeta rojo.
“Ahora mismo estoy involucrado en esta misión y de ahí se abren muchísimas oportunidades en el aspecto del espacio”, destacó, después de subrayar que la economía espacial está creciendo muy rápidamente.