Washington, 11 jun (EFE).– El secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, instó este viernes a China a una mayor “cooperación y transparencia” sobre los orígenes del coronavirus, a la vez que expresó su preocupación por el “deterioro de las normas democráticas” en Hong Kong y el “genocidio” de los uigures en la provincia china de Xinjiang.
Blinken conversó por teléfono con Yang Jiechi, el responsable del Partido Comunista de China (PCCh) para Asuntos Exteriores, según un comunicado del Departamento de Estado.
Sobre la pandemia de covid-19, el jefe de la diplomacia estadounidense “remarcó la importancia de cooperación y transparencia acerca del origen del virus”, incluida la necesidad de un nuevo estudio de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en China.
La petición se produce después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, ordenase a finales de mayo a sus servicios de Inteligencia de EE.UU. un informe sobre el origen de la pandemia, después de que la teoría de que surgió en un laboratorio de Wuhan (China) haya ganado enteros en las últimos semanas.
Asimismo, Blinken subrayó ante Yang “la preocupación de EE.UU. sobre el deterioro de las normas democráticas en Hong Kong” y “el genocidio y los crímenes contra la humanidad de los musulmanes uigures y otros miembros de grupos minoritarios” en la región china de Xinjiang.
Por último, llamó a China a que “cese su presión” sobre Taiwán, territorio que Pekín considera una provincia rebelde.
La conversación coincide con el viaje de Biden a Europa para la cumbre del G7 y su reunión con los socios europeos en Bruselas, en la que el mandatario que quiere conseguir un respaldo más claro de sus aliados a su principal prioridad internacional: la intensa competición entre Washington y Pekín.
Precisamente esta semana, el Senado de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley con un gasto previsto cercano a los 250.000 millones de dólares que tiene como objetivo aumentar la competitividad nacional para hacer frente al poder industrial y militar de China.
Las relaciones entre China y EE.UU. se deterioraron de forma drástica durante la era del expresidente Donald Trump (2017-2021) con colisiones en planos como el comercial, el diplomático o el tecnológico, y aunque Biden ha prometido otro enfoque, su Gobierno ha mantenido la presión sobre Pekín.