Nueva York, 25 oct (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, insistió hoy en Nueva Jersey en la importancia de sacar adelante sus planes de inversión social y de infraestructura, cuya aprobación se encuentra atascada por falta de unidad entre los miembros de su propio partido.
Biden insistió en que sus propuestas “van a cambiar la vida de millones de personas” en el noreste de Estados Unidos y de “cientos de millones de personas en todo el país, para mejor”.
“El pueblo estadounidense nunca jamás ha defraudado a su país. Así que hagamos esto. Movámonos. Amigos, tenemos la fuerza laboral más talentosa del mundo. ¿Qué estamos haciendo, por Dios, qué estamos haciendo?”, dijo el presidente casi al final de su discurso en un mensaje que parecía dirigido los políticos de su bancada.
Biden intenta convencer al ala moderada del Partido Demócrata para tratar de sacar adelante su plan de gasto social, después de reducir su costo de 3,5 a 2 billones de dólares en diez años.
En este sentido, aseguró que estas inversiones no aumentarán el déficit “en un solo centavo”.
En su discurso, que pronunció después de visitar una guardería, el presidente argumentó que sus proyectos no se tratan de “izquierda contra derecha o del ala moderada contra la progresista o de cualquier otra cosa para enfrentar a un estadounidense contra otro”.
Biden defendió que dicha inversión en necesaria para que Estados Unidos continúe siendo competitivo para “liderar el mundo”.
En el acto, participó el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, que el próximo 2 de noviembre se juega en las urnas su reelección frente al republicano Jack Ciattarelli, quien, según las encuestas, está seis puntos atrás de Murphy.
La Casa Blanca espera que el Congreso pueda votar sobre el plan de gasto social de 2 billones de dólares, una de las principales prioridades del mandatario, antes de que salga de viaje a finales de semana para participar en la cumbre de líderes del G20 en Roma.
El plan de gasto social de Biden busca incrementar el gasto en sanidad, el cuidado de menores y ancianos, mejorar la educación y hacer frente a la crisis climática, entre otros asuntos, aunque la reducción planteada en su costo implica que será menos ambicioso de lo prometido.
Los progresistas exigían un plan más voluminoso, mientras los moderados lo consideraban excesivo.
Si consigue reconciliar a las alas progresista y moderada de su partido, Biden podría sacar finalmente adelante esa reforma social en el Senado a través de una fórmula legislativa conocida como reconciliación, que permite aprobar un proyecto de ley con mayoría simple de 50 votos, justo los que tienen los demócratas.