Ciudad de México, 7 nov (EFE).- La caravana de miles de migrantes centroamericanos y haitianos dejó Chiapas la mañana de este domingo, tras haber caminado más de 300 kilómetros desde Tapachula hasta los límites de Oaxaca y Chiapas.
“¡Adiós, Chiapas, adiós, Chiapas!”, gritaron un grupo de migrantes de Venezuela, Ecuador y África al cruzar al vecino estado.
El grupo, en el que todavía caminan varios miles, salió de la comunidad Azteca a las 5.30 horas (11.00 horas GMT) y caminaron 18 kilómetros hasta el límite entre ambos estados caminando dispersos y empezaron a caminar en grupos de 5 a 10 personas.
Marcos es un migrante originario de El Salvador y dijo que su intención es pasar sin generar algún conflicto porque quiere llegar a la Ciudad de México para regularizar su situación migratoria.
Este contingente espera poder avanzar sin que las autoridades migratorias y de la Guardia Nacional continúen persiguiéndolo, ya que durante su tránsito por Chiapas, tuvieron tres enfrentamientos que dejaron varios elementos de la Guardia Nacional heridos.
Esta caravana ha recorrido desde Tapachula en autoestop, caminando, de día, de noche, con lluvia y con sol. Los extranjeros caminaron sin detener su paso por las carreteras de Chiapas donde se superan los 38 grados centígrados.
“Pero tenemos la esperanza de poder obtener los documentos en la Ciudad de México. Las autoridades mexicanas han detenido a muy pocas personas”, expresó César Martínez, originario de Nicaragua.
De acuerdo a los migrantes, lo único que buscan es poder obtener sus documentos y trabajar, incluso en México.
En los límites de Chiapas y Oaxaca, un grupo de 12 migrantes con familias se entregaron a las autoridades quienes los llevaron a Huatulco o a la ciudad de Oaxaca para entregarles sus visas por razones humanitarias para evitar que sigan caminando en la caravana.
Carlos Escobar, migrante venelozano que viaja con su esposa y sus hijos, narró que esta caravana fue una tragedia porque hubo personas heridas y muertos.
El director de Pueblos Unidos Migrantes (PUM), Irineo Mujica Arzate, dijo que salir de Chiapas pareciera imposible ya que “este Gobierno ha hecho correr la sangre, pero por fin cruzamos de Chiapas y se dejó esta cárcel que mantienen a miles de migrantes encerrados”, relató.
Mujica pidió al gobierno federal que retire la Guardia Nacional y esta se dedique a perseguir a narcotraficantes. Además hizo un llamado a los pueblos en resistencia y maestros de Chiapas que se solidaricen durante el paso de la caravana
La caravana de migrantes llegó hasta la comunidad de Los Corazones, ya en territorio oaxaqueño, donde descansaran y retomarán su camino a Chiquihuite.
UNA SEMANA DURA
La última semana de la caravana ha sido larga, difícil y con la presencia de la Guardia Nacional que se ha enfrentado en dos ocasiones con los migrantes.
Los miles de migrantes avanzan en medio del dolor que ha ocasionado la muerte por disparos de la Guardia Nacional de un migrante cubano, quien viajaba en un vehículo junto con otras personas, el pasado fin de semana.
Además, el pasado jueves el grupo chocó con la Guardia Nacional y agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), dejando varios arrestados y cinco elementos “con lesiones de consideración” entre las poblaciones de Pijijiapan y Tonalá, donde llegaron varios vehículos del Instituto Nacional de Migración y de la Guardia Nacional.
Posteriormente, los migrantes, al ver el avance de estos grupos de choque, empezaron a lanzar piedras a las fuerzas de seguridad.
Este grupo se puso en marcha después de que en los primeros días de septiembre las autoridades mexicanas frustraran el avance de cuatro caravanas de migrantes que partieron precisamente desde Tapachula, municipio de Chiapas fronterizo con Guatemala.
Entonces, varias agencias de la ONU y ONG criticaron el uso de la fuerza en los operativos para desintegrar dichas caravanas.