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April 16, 2024

Pese a todo, la fiesta continuó

EFE/EPA/NINA PROMMER

Los Ángeles, 28 mar (EFE).- La 94 edición de los Óscar pasará a la historia como la noche en la que Will Smith perdió los papeles al abofetear a Chris Rock, pero ni siquiera un incidente como ése acabó con la fiesta de estos premios en los que, como cada año, hubo vencedores y vencidos, sueños cumplidos y mucho que celebrar.

El Teatro Dolby se llenó en la vuelta a la normalidad y todo estaba preparado para que los asistentes vivieran una noche perfecta.

Por eso también la celebración continuó tras la gala, a pesar de que algunas estrellas ya no aparecieron por el baile del gobernador y quienes sí lo hicieron no pudieron dejar de hablar del incidente que marcó la velada.

Pero antes de todo aquello la gran cita del cine tuvo grandes momentos, dentro y fuera del escenario.

¿DÓNDE ESTÁN LAS ESTRELLAS?

En la gala de los Óscar los invitados pueden pasar la mitad de la noche, si se descuidan, sin cruzarse con una estrella. Son las últimas en llegar, se concentran en la platea del teatro y no todas se prodigan como les gustaría a los invitados.

Además, nada más entrar una gran lona blanca ya divide a los asistentes entre los nominados o las estrellas y todos los demás.

Afortunadamente, la lona se acaba y los invitados empiezan a mezclarse. Por eso el ambiente permite hablar con muchos de los premiados, como Ariana DeBose, que admitía lo que le cuesta hablar español pero se enorgullecía de ser latina y haber ganado por su papel en “West Side Story”.

Después hay estrellas que se resisten a serlo, como la británica Olivia Colman, nominada por “The Lost Daughter” y sus compañeros en esta película, incluida la directora, Maggie Gyllenhald. Todos ellos estuvieron buena parte de la noche en la barra del bar de la primera planta, donde beben, en caso de hacerlo, nominados y conocidos.

También los españoles Javier Bardem, Penélope Cruz y Pedro Almodóvar pasaron por el mismo bar. Fue sólo por un rato pero el suficiente para conversar y fotografiarse con leyendas como Al Pacino.

Lo cierto es que si la gala se hace pesada siempre se puede salir un rato a tomar algo y comer algún tentempié, como las minibolsas de palomitas, patatas fritas o galletas que hubo toda la noche.

EL APLOMO DE ALBERTO IGLESIAS Y LA LOCURA DE ALBERTO MIELGO

Los primeros en llegar al Dolby fueron los nominados de las ocho categorías que se entregaron en la pregala que enfadó a más de uno, y por eso muchos optaron por llegar también a esa hora para aplaudir a los galardonados y demostrar así que el sonido, la banda sonora, el maquillaje o el montaje no se pueden considerar premios menores.

Entre esos nominados estaban los españoles Alberto Iglesias y Alberto Mielgo.

Nominado a un Óscar por cuarta vez, en esta ocasión por la música de “Madres paralelas” (“Parallel Mothers”), Iglesias confesaba estar menos nervioso que otras veces y con más “aplomo”. Sobre todo porque se sentía más acompañado al estar allí Pedro Almodóvar y Penélope Cruz.

Iglesias volvió a irse sin estatuilla pero acertó al augurar que Mielgo la ganaría.

Y el director del cortometraje “The Windshield Wiper” estaba eufórico tras ganar el Óscar. “La locura”, decía, mientras se fotografiaba con los que fueron corriendo a felicitarle.

HUMOR DEL BUENO HASTA QUE LLEGÓ EL MALO

Todo iba como la seda, y la gala se llenó de momentos de humor del bueno protagonizados por las presentadoras -Amy Schumer, Wanda Sykes y Regina Hall-. Hasta que llegó Chris Rock con su chiste desagradable sobre Jada Pikett Smith, la mujer de Will Smith, y se acabó la paz.

A Will Smith le pesará siempre haber reaccionado de aquella manera -abofeteando a Rock-, pero cuando minutos después ganó el Óscar como mejor actor, sólo se disculpó ante la Academia y no ante Rock y quiso justificar su acción colocándose como padre y marido protector y diciendo que “el amor lleva a cometer locuras”.

A partir de ese momento, todo eran debates sobre quién tuvo la culpa, si Smith debió contenerse o si fue suficiente su justificación.

Por ejemplo, el cantante Sebastián Yatra -que actuó en la gala- contaba en la fiesta que aún no había procesado el incidente, pero entendía la reacción de Smith. O la actriz María Valverde, que acudió a la gala con su esposo el director de la Orquesta de Los Ángeles Gustavo Dudamel y que recordó cómo el suceso cambió para siempre el ambiente de la gala.

Porque cuando Will Smith abofeteó a Chris Rock el Dolby enmudeció. Y volvió a enmudecer para escuchar sus explicaciones.

Y ya nada fue igual. O sí,

Porque la gala siguió, acabó con sorpresa con la victoria de “CODA” como mejor película y continuó con el baile del gobernador.

QUE SIGA LA FIESTA

Aunque son muchas las ausencias, merece la pena acercarse a esta fiesta contigua, sobre todo para vivir momentos como ver bailar a Anthony Hopkins en medio de la pista o contemplar la llegada triunfal de Sian Heder, la directora y guionista de “CODA”, premiada con el Óscar a la mejor película.

Y también para ver a algunas -pocas- estrellas mezclarse con los mortales y compartir porciones de pizza, hamburguesas en miniatura o pasteles. Que la noche es larga y las palomitas no son suficientes.