Querétaro (México), 2 jul (EFE).- Fernando Cortés tiene nueve años y hace apenas unos días se coronó como subcampeón del mundo escolar en ajedrez, haciendo historia para México, pues ningún jugador mexicano de esta disciplina había logrado un título tan alto en una competición internacional.
Nacido en Querétaro, en el centro de México, con tan sólo tres de experiencia en este deporte, Fernando juega al ajedrez de manera hábil, y pudo demostrarlo en el Campeonato Mundial Escolar de Ajedrez 2022, venciendo a rivales de diferentes naciones, entre ellas, Inglaterra, Estados Unidos, El Salvador e India.
Fue a los seis años de edad cuando, haciendo limpieza en casa, Fernando tuvo su primer acercamiento al ajedrez al descubrir las piezas de un viejo juego de su padre, a quien le pidió que le enseñara y, desde entonces, no sólo lo juega diariamente, si no que se ha convertido en su forma de vida.
“En un cajón, tenía yo guardado un ajedrez de hace mucho tiempo y le llamaron la atención las piezas, entonces me estuvo preguntando qué era, cómo se jugaba y se estuvo interesando un poquito por mover las piezas y adentrarse un poquito más al juego”, relata su padre, Fernando Cortés Guerrero.
Pasaron apenas tres meses después de ese primer encuentro con las piezas, cuando Fernando hijo ya pisaba su primer torneo, en Jalisco, donde su familia recuerda que no ganó un sólo enfrentamiento, pero mostró aptitudes para convertirse en uno de los mejores.
“Fer tenía apenas seis años y medio y jugó ese torneo y lo jugó bastante bien. No ganó ninguna partida, obviamente, porque era muy chiquito, pero ya tenía muchos indicios y su mamá tuvo la atinada decisión de inscribirlo a un club de ajedrez y de ahí empezó todo”, abunda el padre.
Tras este primer torneo, el niño se mostraba como alguien competitivo, “siempre lo ha sido”, comenta su papá, pues le gusta desde correr, jugar, “hasta comer más rápido”, por lo que sus padres decidieron inscribirlo a una clase que lo ayudara a mejorar.
Desde entonces inició con los torneos, primero de prueba y posteriormente como uno de los participantes que obtenía las primeras posiciones.
“En un inicio no dimensionaba las capacidades que podía llegar a tener y si dejamos que los niños realmente tengan ese desarrollo y les damos su espacio nos sorprenden para bien. Es una generación que tiene todo para ser mucho mejor de lo que nosotros fuimos”, considera.
Para Fernando, a pesar de su corta edad, el ajedrez es un juego que merece respeto y esfuerzo, y por eso envió un mensaje a todos aquellos niños que algún día han soñado en grande.
“Es muy duro, muchas clases seguidas y mucho esfuerzo. Me gusta el ataque del ajedrez y también las defensas (…) Fui a Panamá al mundial y estuvo muy duro, todos los rivales jugaban muy bien. Me enfrenté contra Inglaterra, Estados Unidos, Paraguay, Colombia”, comenta.
UN PUNTO Y APARTE
Finalmente, Rafael Álvarez Navarro, presidente de la Asociación Queretana de Ajedrez, reconoció que Fernando ha hecho historia para Querétaro, pero también para México, y ha abierto el camino para las nuevas generaciones.
“Estoy muy contento y muy motivado porque sé que es un niño que ha trabajado duro, que le ha costado y que nos pone un gran ejemplo y que nos dice que está la vara muy alta. (…) Es algo impresionante, porque es un subcampeón mundial, nunca en la historia se había logrado en México”, declaró.
Hoy el triunfo de Fernando -y el de otros queretanos que han marcado huella en torneos nacionales e internacionales- está abriendo paso para las nuevas generaciones.