Washington, 30 jul (EFE).- Miles de personas cruzan cada día la frontera entre Tijuana (México) y San Diego (EE.UU) para ir a trabajar, estudiar, comprar o hacer negocios. Una realidad que el grupo binacional y bilingüe The Frontera Project ha subido a las tablas para derribar estereotipos con el poder del arte.
El proyecto comenzó a gestarse en 2019 y ha llegado esta semana a Washington en el marco de una gira por la que ha recorrido ya parte de Estados Unidos y que en otoño acudirá a Tijuana para acercar esas historias tanto a sus protagonistas en la vida real como a quienes las desconocen.
Sus 80 minutos de duración se construyen con un mosaico de anécdotas, muchas de ellas autobiográficas, que perfilan el día a día de quienes hacen vida en ambos países: desde las horas que cuesta cruzar esa frontera hasta la discriminación que sufren quienes no tienen todos los papeles necesarios.
La injusticia más flagrante que se denuncia, según indicó a EFE su codirector, el mexicano Ramón Verdugo, es privar a la gente de la posibilidad de desplazarse: “La migración es una ley natural. Nos movemos para poder estar en un lugar donde nos sintamos más cómodos y seguros”.
Por eso, su mensaje cobra especial significado al hacerse oír hasta este próximo lunes en la capital estadounidense, “una ciudad donde se gestan tantas decisiones” y que les ha hecho hueco en el National Building Museum.
FRONTERAS POLÍTICAS
En ese mismo museo la exposición “The wall/El muro” ahonda en que las fronteras son construcciones políticas y recalca que la de México y Estados Unidos se definió como parte del proceso de negociación del tratado que puso fin a la guerra en 1848.
The Frontera Project pone cara al resultado de esas decisiones históricas. Lo hace a través de un protagonista que se tenía que levantar a las cuatro de la mañana en México para llegar al colegio en Estados Unidos a las ocho, o de otro que ha llegado a la conclusión de que se puede pertenecer a más de un lugar a la vez.
El relato va acompañado de cifras. La Oficina de Aduanas y Protección fronteriza calcula que desde finales de la década de los noventa el número estimado de muertes de migrantes a lo largo de la frontera sur, muchas de ellas por deshidratación, se eleva a 8.032.
“Las estadísticas son parte de la realidad, pero no lo son todo”, sostiene Verdugo, director artístico de Tijuana Hace Teatro y que firma esta última obra junto a la directora estadounidense Jessica Bauman.
BINACIONAL Y BILINGÜE
La representación tiene lugar en inglés y español, y una audiencia familiar como su público objetivo. Está pensado como un espectáculo interactivo, que facilita que los más jóvenes conozcan otras perspectivas mediante la música, la representación y el juego.
“Las artes escénicas son muy poderosas porque nos permiten hablar de nosotros mismos a través del arte. No solo obedecen a un asunto racional, sino también emocional”, añade el codirector, quien en su día se sorprendió de ver cómo esa vida tan interiorizada para quienes pueden ir y volver resultaba tan particular para el resto.
En su confrontación ante el público se muestra tanto a quien tiene el privilegio de cruzar diariamente de una ciudad a otra como a quien ve frenado ese camino. Solo en 2019, según sus cifras, 600 personas murieron en el intento, de las que una quinta parte fueron mujeres y niños.
“Las historias que trae la frontera son múltiples y muy diversas. Muchas veces se han consumido gracias a los medios, a ciertas noticias o a historias que cada uno escucha. Lo que hacemos con esto es sumar una perspectiva. Esta es otra cara”, concluye el codirector.