Washington, 3 sep (EFE).- La Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, refuerza su compromiso con Ucrania con la petición de nuevos fondos al Congreso para ayudar al país: 11.700 millones de dólares en asistencia económica y de seguridad y 2.000 millones para reducir el coste de la energía en Estados Unidos.
El Senado estadounidense ya había aprobado en mayo 40.000 millones de dólares en ayuda militar y humanitaria para que Ucrania hiciera frente a la guerra desatada por la invasión rusa de su territorio, una cifra que se autorizó tras haberse agotado el paquete de 13.600 millones autorizado en marzo.
“El presidente Biden ha dejado claro que Estados Unidos está comprometido con seguir ayudando a la población de Ucrania en la defensa de su soberanía. Para cumplir ese compromiso, solicitamos 11.700 millones para asistencia económica y de seguridad para el primer trimestre del año fiscal 2023”, apunta la Casa Blanca.
La petición ha sido expresada por su responsable de la oficina presupuestaria, Shalanda Young, en vísperas de que el Congreso retome su actividad esta semana tras las vacaciones de verano.
La ayuda militar a Ucrania busca reforzar a corto y largo plazo la defensa de ese país y se ha materializado ya entre otros con municiones, sistemas de cohetes guiados por láser, diferentes tipos de drones o vehículos tácticos.
El año fiscal comienza en octubre. “Tal y como sucedió con el actual año fiscal, confiamos en que el Congreso llegue a un acuerdo de financiación que beneficie al pueblo estadounidense. Pero a un mes del final del año fiscal, está claro que deberá aprobar primero una resolución continua a corto plazo para mantener al Gobierno federal en funcionamiento”, dice Young en su blog.
El paquete de ayuda a Ucrania forma parte de esa resolución a corto plazo e incluye solicitudes para otras tres urgencias: la viruela del mono, la covid-19 y la recuperación frente a desastres naturales.
Desde la Casa Blanca se admite que la lucha contra la pandemia de coronavirus necesita fondos adicionales y evalúa en 22.400 millones de dólares la cifra para afrontar las necesidades a corto plazo, desde prepararse para las futuras variantes hasta acelerar la investigación y el desarrollo de vacunas y tratamientos.
La Administración también solicita 3.900 millones para garantizar que la población estadounidense tenga acceso a vacunas, pruebas y terapias contra la viruela del mono, y otros 600 millones de dólares para contribuir a la lucha contra esa enfermedad en el mundo.
Estados Unidos acumula el mayor número de casos mundiales de viruela del mono, con 19.962, de un total de unos 53.000, según cifras de este viernes de los Centros de Control de Enfermedades (CDC). La primera muerte en el país de una persona con viruela del mono se registró a finales de agosto en Texas.
La solicitud de otros 6.500 millones para hacer frente a desastres naturales como sequías, inundaciones e incendios eleva a 47.100 millones de dólares el total de fondos que el Ejecutivo demócrata solicita.
“Esta Administración continuará trabajando con miembros de ambos partidos en el Congreso para satisfacer estas necesidades críticas de la población estadounidense. Esperamos llegar a un acuerdo de financiación bipartidista”, concluye la nota.