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October 3, 2024

América resiste los envites de la inflación en un año de crisis sucesivas

Una mujer toma una tarta frente a un congelador lleno de pavos naturales y orgánicos en un supermercado en Washington. Imagen de archivo. EFE/Octavio Guzmán

Washington, 16 dic (EFE).- Las grandes economías del continente americano resistieron en 2022 los duros envites de una espiral inflacionaria global en medio de un contexto de crisis sucesivas, aunque las perspectivas para 2023 siguen siendo complicadas por la fuerte incertidumbre en los mercados internacionales.

Entre las claves de esta ajustada victoria se encuentran motivos externos, como el aumento de los precios de las materias primas tras la invasión rusa de Ucrania -que beneficia a la región-, pero también internos, como la rapidez de las instituciones de Latinoamérica a la hora de luchar contra la inflación.

Para el analista de política monetaria del Instituto Brookings Gian Maria Milesi-Ferretti, las instituciones económicas y financieras de la región han ganado mucha credibilidad durante los últimos 20 años, algo que, en parte, obligó a estos países a actuar rápido para contener la inflación.

“Las economías emergentes (de América Latina) comenzaron a restringir su política monetaria muy al comienzo, así que no tuvieron que subir tasas porque la Reserva Federal estadounidense (Fed) lo hiciera, las subieron porque aumentaba la inflación”, explicó el experto en una entrevista.

Esto ha ayudado a los países latinoamericanos no solo a capear mejor el temporal hasta ahora, sino que las coloca en una buena posición para enfrentar la tensión que supondrá para la economía global la política de subidas de tipos de la Fed.

Es, además, un ciclo atípico, según explica a EFE el director en funciones del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Nigel Chalk.

“Normalmente cuando la Fed sube los tipos ralentizan la economía estadounidense, lo que ralentiza la economía global (…) y disminuyen los precios de las materias primas”, explica.

Pero por la guerra en Ucrania la situación es ahora completamente diferente”, algo que ha ayudado bastante a Latinoamérica, según el experto, que comparte la valoración de Milesi-Ferretti sobre la mejora de la credibilidad de las instituciones de la región.

Por su parte, Estados Unidos, que comenzó a subir su tipo de interés oficial en marzo de este año después de defender durante meses que la inflación era un fenómeno pasajero, ha conseguido mantener niveles máximos de empleo y una fuerte demanda interna.

A DÍA DE HOY

A día de hoy, el tipo de interés oficial de la mayor economía del mundo se encuentra en una horquilla del 4,25 y el 4,5 %, en terreno ya considerado restrictivo, después de que este miércoles la Fed subiera medio punto los tipos.

La institución anticipa nuevas subidas durante 2023, ya que la inflación, que lleva unos meses a la baja después de alcanzar máximos de 40 años durante el verano, todavía está muy alta, en el 7,1 % interanual en noviembre.

En México, donde el banco central mantiene de momento una política de sincronización con la Fed, la inflación desaceleró desde finales de octubre y en el mes de noviembre se ubicó en una tasa del 7,8 % anual, mientras que los analistas privados prevén que el objetivo del 3 % que tiene el Banco de México no se alcanzará hasta 2024.

El banco central mexicano también ha mantenido su política monetaria de incremento a las tasas de interés por 13 meses consecutivos hasta el máximo histórico del 10,5 % anunciado este jueves, para tratar de paliar la subida de precios más alta de las últimas dos décadas.

La sincronización de la institución con la Fed estadounidense “tiene sentido”, según Nigel Chalk, el experto del FMI, por la conexión tan estrecha que existe entre las economías de ambos países.

México, sin embargo, empezó a subir los tipos de interés bastante antes que Estados Unidos, ya que el historial de alta inflación de la región no permitía a las autoridades esperar a ver si era transitoria, por lo que ahora tienen algo más de margen para poner coto a la subida de los precios, opina.

En Chile, donde las autoridades implementaron una política de tipos bajos para impulsar la economía tras la crisis del coronavirus, la evolución ha sido similar a la de Estados Unidos, con unos picos de inflación históricos y un endurecimiento de la política monetaria para ponerle coto.

El 6 de diciembre, sin embargo, por primera vez en año y medio, el Banco Central de Chile decidió no hacer cambios en el tipo de interés referencial y mantener la tasa en el 11,25 %, su nivel más alto en dos décadas.

El endurecimiento de la política monetaria ha sido una constante en países como Colombia, donde el tipo de interés oficial se encontraba en el 11 % en noviembre -algo que, según el jefe de Investigaciones Económicas para la Región Andina de BTG Pactual, Munir Jalil, “nos va a costar en términos de crecimiento”

También en Brasil, donde las autoridades comenzaron a subir tipos antes que ningún otro país de la región, lo que ha permitido al gigante latinoamericano moderar la fuerte inflación, que llegó a alcanzar un pico del 12,13 % en abril, hasta el 5,9 % anual en noviembre, todavía por encima de la meta oficial.

Argentina continúa siendo la gran excepción de la región, con una inflación del 92,4 % anual en noviembre, producto de una política fiscal deficitaria financiada con emisión monetaria y un deterioro del poder de fuego de su Banco Central anteriores a la ola inflacionaria y el apretón financiero global.

El índice va camino de un 100 % interanual para finales de 2022.

Para Milesi-Ferretti, de Brookings, el caso argentino es una muestra de lo que ocurre cuando las expectativas sobre la inflación de los ciudadanos se “desanclan” del valor real, uno de los mayores acicates de Jerome Powell, el presidente de la Fed, para continuar su política de agresivas subidas de tipos.