Washington, 9 ene (EFE).- La Cámara Baja de EE.UU., controlada por los republicanos, se estrena este lunes con una sesión en la que tiene que votar las reglas por las que se regirá en la nueva legislatura y con la amenaza de convertirse en el azote de los demócratas y del presidente Joe Biden.
La cámara tiene previsto reunirse a partir de las 17.00 hora local (22.00 hora GMT) de hoy para aprobar su nuevo reglamento, en el que estarían incluidas algunas de las concesiones que su presidente, Kevin McCarthy, hizo la semana pasada al ala más radical de su partido para que diera luz verde a su elección como “speaker”.
Según un borrador de estas normas dado conocer el viernes por la noche, el nuevo reglamento bajaría el número de legisladores necesarios para presentar una moción contra el presidente de la cámara de cinco a uno, una de las principales demandas de los republicanos que se estuvieron oponiendo a McCarthy la semana pasada.
Se desconoce si ese borrador será el mismo que votarán este lunes los legisladores o si habrá una nueva versión. Tampoco está muy claro los apoyos que este nuevo reglamento tendrá entre la recién estrenada bancada republicana por lo que no es descartable que se repitan las escenas de caos de la semana pasada, cuando McCarthy necesitó hasta quince votaciones para ser elegido como presidente de la cámara.
Una vez que se apruebe el reglamento, los conservadores quieren marcar agenda desde el principio, y en los próximos días hasta el jueves tienen previsto votar una serie de iniciativas para marcar el tono de los próximos dos años de legislatura.
De acuerdo a la agenda difundida por la oficina de McCarthy, quieren lanzar esta semana una iniciativa legislativa para crear un subcomité que investigue cómo supuestamente se ha convertido el Gobierno federal en un arma política y otra para iniciar una investigación contra el FBI y otras agencias de seguridad.
El FBI llevó a cabo un registro en agosto pasado en la mansión en Florida del expresidente Donald Trump, donde encontró documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca cuando abandonó la Presidencia, un caso que sigue abierto en los tribunales.
Por otro lado, los republicanos tienen en el punto de mira el aborto y desde la Cámara Baja quieren presentar una iniciativa para proteger a “los supervivientes de abortos nacidos vivos” y otra para “condenar los recientes ataques contra instalaciones provida, grupos e iglesias”.
McCarthy y los suyos también quieren convertirse en el azote de China con varias propuestas como la de crear un comité que investigue la competencia entre EE.UU. y “el Partido Comunista Chino” u otra para “proteger la reserva estratégica de petróleo de EE.UU.” frente a Pekín.
No está muy claro el futuro que puedan tener estas propuestas, dado que el Senado todavía conserva una mayoría demócrata y Biden, como presidente del país, tiene poder de veto.
Aun así los republicanos tendrán una cierta capacidad de maniobrar, ya que desde la Cámara Baja pueden emitir citaciones para obligar a personas a testificar o presentar documentos, que en caso de ser desobedecidas pueden tener consecuencias judiciales, y controlar varios comités con bastante poder.
En su discurso poco después de ser elegido presidente de la Cámara Baja la madrugada del sábado, McCarthy ya prometió mano dura frente a los demócratas y Biden, con lo que los poco menos de dos años que quedan para las elecciones presidenciales en EE.UU. en noviembre de 2024 se augura que sean agitados.