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November 15, 2024

Nicaragüenses de Miami honran las protestas de 2018 con un mensaje de unidad

Jazmín canta el himno nacional estadounidense durante un acto por el quinto aniversario del estallido de las protestas de 2018, celebrado hoy en el Parque Rubén Darío en Miami (EE.UU.). EFE/Leila Kassidi

Miami, 16 abr (EFE).- La comunidad nicaragüense en Miami, incluidos exiliados y desterrados, conmemoró este domingo el quinto aniversario del estallido de las protestas de 2018, con un recuerdo a las víctimas de la represión y mensajes en pro de la unidad y de la lucha por una “Nicaragua libre”.

Los actos, que se adelantaron al aniversario, que se cumple 18 de abril, comenzaron con una misa en la parroquia de Santa Agatha, la iglesia de los nicaragüenses en Miami y continuaron con una caravana de automóviles y manifestantes a pie hasta el Parque Rubén Darío, donde hablaron varios representantes de la comunidad y del exilio rodeados de banderas azules y blancas y carteles pidiendo libertad y democracia.

El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, que vive en Santa Agatha desde que debió salir de Nicaragua hace cuatro años por motivos de seguridad, llamó a sus compatriotas a la unidad y la paz durante la homilía, en la que combinó las enseñanzas del evangelio de este domingo con claras alusiones a Nicaragua.

Interrumpido por los aplausos de los fieles en varias ocasiones, Báez, que no mencionó la palabra Nicaragua aunque era obvio de que país estaba hablando, afirmó que tras varios años de represión los nicaragüenses siguen “divididos y enfrentados” y les instó a “ser agentes de entendimiento y concordia”.

“La vida no puede ser un camino para imponerse, humillar y dominar a los demás”, dijo también el obispo, a quien las autoridades nicaragüenses le han retirado la nacionalidad.

Báez pidió recordar a las víctimas de la represión, pero “no por odio ni deseo de venganza” sino para exigir justicia, defender los ideales que les costaron la vida y lograr ” un futuro mejor para todos”.

En abril de 2018, miles de nicaragüenses salieron a las calles a protestar por unas controvertidas reformas a la seguridad social, que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia de Ortega tras responder con la fuerza.

Las protestas dejaron al menos 355 muertos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos nicaragüenses elevan la cifra a 684, mientras que Ortega reconoce que fueron “más de 300” y mantiene que se trató de un intento de golpe de Estado.

MISA Y MITIN POLÍTICO

El obispo auxiliar de Managua habló luego para los periodistas que acudieron a Santa Agatha.

El líder del movimiento campesino nicaragüense, el agricultor Medardo Mairena, habla durante un acto por el quinto aniversario del estallido de las protestas de 2018, celebrado hoy en el Parque Rubén Darío en Miami (EE.UU.). EFE/ Leila Kassidi

Báez señaló que las protestas del 18 de abril de 2018 marcaron un hito histórico en Nicaragua que no debe ser olvidado, porque se creó, dijo, un tipo de convivencia que debe volverse un modelo para el futuro.

“Allí desaparecieron los colores políticos, no hubo ideologías excluyentes, nadie se peleó con nadie. Allí todos pensamos en Nicaragua y por eso el espíritu de abril debe permanecer para el futuro. Nicaragua va a ser mejor y distinta solo si seguimos fieles al espíritu que a todos nos unió en abril de 2018”, manifestó.

Además, reiteró su reclamo por la “libertad incondicional e inmediata” del obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez, un crítico del Gobierno del presidente Daniel Ortega, quien desde el pasado 19 de agosto permanece detenido en arresto domiciliario.

“Yo creo que Orlando no debe estar en la cárcel, porque es inocente”, señaló Báez.

Interrogado sobre las arremetidas de Ortega contra la Iglesia católica y la reciente declaración del 19 de abril como el Día de la Paz en Nicaragua, el obispo auxiliar de Managua dijo que hay que saber interpretar el lenguaje del presidente, porque no gobierna para Nicaragua sino para sus bases.

“En el fondo, cuando lo oímos hablar así debemos pensar que es signo de debilidad, de desesperación. Sabe que está solo dentro y fuera del país”, agregó.

Una vez concluido el oficio religioso, una caravana de coches con banderas partió hacia el parque Rubén Darío, punto de reunión de la comunidad centroamericana de Miami.

“Hace cinco años salimos a la calle porque era nuestro derecho y vamos a regresar temprano, no solo porque es nuestro derecho, sino porque vamos a conquistar la libertad”, dijo Francisco Larios, uno de los oradores, que forma parte del movimiento Nicaragüenses Libres.

Larios dijo a EFE que la idea que persiguen los hoy reunidos no es “lanzarnos a una guerra de guerrillas, ni tampoco rendirnos, como ellos (el Gobierno) quisieran, sino organizar un movimiento democrático que de manera sostenida pueda en algún momento hacer que el pueblo paralice el país (…) y sacar a la dictadura por la fuerza para construir una república democrática”.

Fernando Robles, del Movimiento Campesino y uno de los 22 desterrados y privados de la libertad por Ortega, que fue otro de los oradores, dijo a EFE que en Nicaragua ya no se puede “pensar diferente”, es un delito, pero dijo confiar en que pronto se podrá hacer un acto como el de hoy en su país si todos los que están en contra de la dictadura se unen.