Ciudad de México, 21 may (EFE).- Aunque el dueto colombiano Monsieur Periné empezó a escribir su último disco “Bolero Apocalíptico” antes de que la pandemia de coronavirus asolase el mundo entero, en sus letras adelantaron sucesos desalentadores que acabarían por convertirse en realidad.
“Es un trabajo nacido en plena pandemia, algunas canciones un poquito antes de que empezase, pero con algunas premoniciones de lo que iba a pasar”, explicó en entrevista con EFE, Santiago Prieto, uno de sus integrantes.
Por ejemplo, su canción “Un mundo paralelo”, que anticipa la situación pandémica desde el mismo título y aborda con sorna la idea del artista que vive rodeado de lujos, pero ajeno de la realidad.
“Si había una sensación visionaria anterior a la pandemia, mientras escribíamos las canciones sin saber cómo se iba a llamar el disco ni hacia dónde iba”, reflexionó Catalina García, la otra mitad de Monsieur Periné.
Todas las historias que el grupo bogotano canta en su nuevo disco, de alguna manera, están relacionadas con el concepto del apocalipsis y la desconexión del mundo real.
“Las canciones cambiaron bastante a lo que hemos hecho normalmente. Hay muchas canciones de amor y desamor, pero en un contexto de apocalipsis, para mostrar que el mundo se está yendo a la mierda por la desconexión”, ahondó Prieto.
Aunque la catástrofe a la que cantan, dijeron, es inevitable, se acercan a ella de forma realista y con un tono humorístico.
“El apocalipsis es el presente, es todo lo que estamos viviendo: el caos, el rompimiento de todo, de estereotipos, de valores, de nuestro propio ser”, aseguró García.
Pese a dibujar un mundo dominado por las tecnologías y el ensimismamiento, Prieto invitó a escuchar el disco con la predisposición a pasarlo bien y bailar.
En su descenso a las raíces del apocalipsis, los colombianos no encontraron solución, pero sí adivinaron dónde buscarla.
“El humano es una mezcla de emociones en estos contextos en los que hay tanta presión, pero a la vez quieres vivir y florecer. No hacemos una terapia para encontrar la luz, se encuentra en medio de todo el caos”, diagnosticó la cantante.
Sea como sea que derive el apocalipsis, coincidieron ambos, la música sobrevivirá.
“Jamás dejará de existir la música mientras existamos los humanos que podemos crearla. Y si no, igual la naturaleza tiene su propia música”, sentenció García.
LA AMENAZA ARTIFICIAL
Entre el crisol de amenazas que acechan a la humanidad en general y a la música en particular, los integrantes de Monsieur Periné destacaron a la inteligencia artificial, que ya ha demostrado su potencial de imitar las composiciones y voces de famosos artistas.
“Hay un apocalipsis muy grande que se viene, que es el de la inteligencia artificial, pero la gente buscará lo humano otra vez, volverá al gesto más primitivo del arte, el fuego, el canto”, previó Prieto.
En ese contexto, prosiguió, la música se convertirá en algo “vintage”.
“Querremos ver a alguien que realmente cante, que exprese, y no a una máquina que copie los gestos y los detalles”, incidió.
El escenario que plantea, no obstante, es poco alentador: los artistas conocidos, predijo, ofrecerán conciertos íntimos, para medio centenar de personas, pero por cantidades económicas astronómicas. “Pero será real”, celebró.
UN SONIDO “PANLATINOAMERICANO”
Aunque consideraron que su trayectoria artística ha sido “nómada” en cuanto a sonidos y referencias, los miembros de Monsieur Periné reconocieron una fuerte influencia de la música de diferentes rincones de América Latina.
“Gran parte de lo que hacemos está muy basado en Latinoamérica, donde toda la música está muy hermanada y hay ritmos similares (…). De ahí sale ese sonido panlatinoamericano”, explicó Pireto.
Ese enriquecimiento musical, explicó, lo logran gracias a los viajes que realizan para difundir sus trabajos, en los que aprovechan para comprar instrumentos como una jarana jarocha, propia del mexicano estado de Veracruz, o el tres cubano, una ramificación de la guitarra.
Ambos acordaron que se puede hablar de la música latinoamericana como un término artístico común a buena parte de la región.
“Hay unos (géneros) que han sido unificadores, como la cumbia o el bolero, que han resonado en todo el continente”, subrayó García.
Esos géneros tradicionales, finalizó Prieto, los revisitan alejados del purismo e, incluso, tratando de “destruir y violar sus reglas”.