Washington, 24 oct (EFE).- El sindicato United Auto Workers (UAW) amplió este martes la huelga del sector del automóvil de EE.UU. a la planta de montaje de General Motors (GM) en Arlington (Texas), una de las más importantes de la compañía, poco después de que esta anunciase 3.305 millones de dólares de beneficios en el tercer trimestre.
El presidente de UAW, Shawn Fain, justificó la ampliación de la huelga, que se inició el 15 de septiembre, por los abultados beneficios de GM y su negativa a aceptar las demandas del sindicato para la firma de un nuevo convenio colectivo.
“Otro trimestre récord, otro año récord. Como hemos dicho desde hace meses: los beneficios récord suponen convenios colectivos récord. Ahora les toca a los trabajadores de GM y a toda la clase trabajadora recibir lo que es justo”, declaró Fain en un comunicado.
La planta de Arlington emplea a 5.322 personas y produce los todocaminos SUV más rentables de GM: los Chevrolet Tahoe y Suburban, los GMC Yukon y Yukon XL y los Cadillac Escalade y Escalade-V.
El lunes UAW amplió de forma inesperada la huelga a la planta de montaje Míchigan, que produce algunos de los vehículos más rentables del fabricante y emplea a unas 6.800 personas.
Tras el paro en la planta de Arlington, la huelga del sector afecta ya a 46 centros de trabajo de GM, Ford y Stellantis y a unos 46.000 trabajadores.
UAW explicó que a pesar de que GM ha conseguido más de 10.000 millones de dólares en beneficios de enero a septiembre, superando las expectativas de Wall Street, “la última oferta de GM no recompensa a los afiliados de UAW”.
Este martes, en una teleconferencia con analistas y medios de comunicación, la consejera delegada de GM, Mary Barra, dio a entender que la oferta presentada a UAW es el máximo que puede ofrecer sin arriesgar el futuro de la compañía.
“Aceptar elevados costes que no son sustentables pondría nuestro futuro en riesgo, así como los empleos de los trabajadores de GM, y arriesgar nuestro futuro es algo que no haré”, declaró.
Por su parte, el director financiero de GM, Paul Jacobson, cifró en “alrededor de 200 millones de dólares” el coste de la huelga en el tercer trimestre e incrementó a 600 millones el impacto en las tres primeras semanas del cuarto trimestre.
Jacobson dijo que la huelga le estaba costando a GM 200 millones de dólares a la semana “sobre la base de las instalaciones afectadas hasta ayer”, por lo que el paro de Arlington aumentará las pérdidas.
UAW inició el 15 de septiembre una huelga progresiva y simultánea en GM, Ford y Stellantis, los tres grandes fabricantes de Estados Unidos, que no tiene precedente en la historia del sindicato, ante la falta de acuerdo para la firma de un nuevo convenio colectivo.
Fain ha justificado la estrategia por el retroceso que los salarios y derechos de los trabajadores han sufrido en los pasados 15 años a pesar de más de una década de grandes beneficios para los llamados Tres Grandes de Detroit.