Washington, 25 oct (EFE).- El congresista Mike Johnson, aliado del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021), fue elegido este miércoles líder de la Cámara de Representantes al lograr superar la división del Partido Republicano, que ha provocado el caos parlamentario en las últimas semanas.
Johnson era el cuarto republicano nominado en dos semanas, tras Steve Scalise, Jim Jordan y Tom Emmer, para suceder al también conservador Kevin McCarthy, destituido el 3 de octubre por una rebelión interna en su partido, y se alzó con el puesto de “speaker”, tal y como se conoce en inglés, en su primer intento en el pleno.
“Han sido semanas arduas y un recordatorio de que la Cámara es tan complicada y diversa como la gente a la que representamos. (…) Como ‘speaker”, me asegurará de que entrega resultados e inspira cambio para los estadounidenses”, dijo en su primera reacción tras ser elegido.
Los republicanos tienen una ajustada mayoría en la Cámara de 221 escaños frente a los 212 de los demócratas, lo que les obliga a contar con el apoyo de prácticamente todos sus miembros en el hemiciclo.
Johnson necesitaba hoy 215 respaldos, porque 429 legisladores estuvieron presentes, y consiguió 220, sin oposición interna, frente a los 209 de su contrincante, el líder de la minoría demócrata, Hakeem Jeffries.
El representante por Luisiana, de 51 años, es uno de los legisladores republicanos que intentaron anular la victoria del demócrata Joe Biden en las presidenciales de 2020, año en el que Trump seguía en la Casa Blanca Trump.
En su web se define como un “entregado” marido y padre de cuatro hijos y como un abogado “que ha dedicado su vida y su carrera a pelear por las libertades fundamentales y valores tradicionales” prioritarios para la gente de su Estado.
De 2015 a enero de 2017 ejerció en el Legislativo estatal y posteriormente pasó al federal, donde es el vicepresidente de la Conferencia Republicana, el ente encargado de elegir al liderazgo republicano, aprobar asignaciones a los comités y el desarrollo de la estrategia de comunicación.
Su candidatura se confirmó a última hora del martes, después de que el anterior aspirante oficial, Tom Emmer, desistiera apenas horas después de ser designado por su partido al constatar que no iba a tener los apoyos necesarios en todo el pleno.
Emmer no había contado con el respaldo público de Trump, que le reprochó “estar totalmente fuera de contacto con los votantes republicanos” y ser un republicano solo de nombre (RINO, por sus siglas en inglés).
La presidencia interina estaba hasta ahora en manos de Patrick McHenry, designado por McCarthy, pero sin un “speaker” no se pueden aprobar nuevas resoluciones o proyectos de ley en la Cámara Baja en un momento en que está en el aire la aprobación de nueva ayuda militar para Ucrania e Israel o la negociación del presupuesto para el actual año fiscal.