Nueva York, 26 oct (EFE).- La Casa Blanca afirmó este jueves que las autoridades rusas están ejecutando a algunos de sus propios soldados por no cumplir órdenes en el campo de batalla en Ucrania.
“Tenemos información de que el Ejército ruso ha estado ejecutando a soldados que se niegan a cumplir órdenes”, dijo durante una rueda de prensa el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional del Gobierno estadounidense, John Kirby.
Kirby añadió que algunos comandantes rusos han amenazado con ejecutar a unidades enteras si se retiran ante el fuego de artillería ucraniano.
El portavoz sugirió que la noticia es un síntoma de lo mal que le está yendo al país en su invasión de Ucrania, pero alertó de que Moscú todavía cuenta con capacidades ofensivas importantes y que podría lograr victorias en las próximas semanas.
Las palabras de Kirby llegan el mismo día en que Washington ha anunciado un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania, esta vez valorado en 150 millones de dólares, que incluye equipos de defensa antiaérea y tanques
“Las fuerzas de Ucrania están luchando de forma valiente para recuperar el territorio ocupado por Rusia, y este apoyo adicional les ayudará a seguir avanzando”, afirmó el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en un comunicado.
El paquete incluye una nueva batería antiaérea Patriot, doce sistemas de misiles NASAMS, 31 tanques Abrams y 20 helicópteros Mi-17, además de diferentes tipos de armas, granadas y municiones, entre otros, detalló el Pentágono.
Estados Unidos es el mayor donante de asistencia militar para Ucrania, con más de 43.900 millones de dólares entregados desde el inicio de la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin, en febrero del año pasado.
Sin embargo, el presupuesto aprobado en 2022 por el Congreso para Ucrania está a punto de agotarse y los republicanos, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes, ven cada vez con más suspicacia la ayuda a Kiev.
Para intentar superar un posible bloqueo, Biden pidió la semana pasada al Congreso una nueva partida presupuestaria que une 61.400 millones para Ucrania y 14.300 millones para Israel, aprovechando que el apoyo al Estado judío es prácticamente unánime entre los congresistas.