Ciudad de México, 2 nov (EFE).- La complejidad y las limitadas posibilidades de tratamiento son los mayores retos para abordar el síndrome mielodisplásico, un tipo de cáncer en la sangre que afectaría hasta 12 de cada 100.000 mexicanos, advirtió este jueves Daniel Franco de la Torre, hematólogo en Bristol Myers Squibb México (BMS).
“El reto es predecir qué pacientes tendrán un curso agresivo de la enfermedad, pues uno de cada tres evoluciona a una leucemia mieloide aguda (LMA), además de encontrar tratamientos personalizados para mejorar sus resultados de salud”, indicó el especialista en una entrevista.
El síndrome mielodisplásico es una forma de cáncer en el que la médula ósea no produce suficientes glóbulos rojos, blancos y plaquetas sanas, señaló.
El padecimiento, enunció, provoca síntomas como cansancio, piel pálida y dolores de cabeza constantes.
Aunque no hay datos concretos de cuántas personas viven en México con esta enfermedad, señaló que se estima una incidencia aproximada de cuatro a 12 por cada 100.000 habitantes y es más común en adultos mayores.
“Especialmente en aquellos mayores de 60 años y aquí es mayor el número que sube hasta 30 por cada 100.000 personas”, dijo.
Franco de la Torre indicó que se desconoce la causa de la enfermedad, pero algunos de los factores de riesgo son la edad avanzada, antecedentes familiares del padecimiento, tabaquismo y quimioterapias previas.
Además, expuso que la mayoría de las personas con esta condición no son candidatas al único tratamiento curativo que existe: el trasplante de médula ósea.
Por ello, algunos pacientes no recibirán tratamiento o se someterán a uno que solo mejore la sintomatología, con la anemia como la más frecuente, al observarse en el 80% de los casos.
“Sin embargo, también pueden aparecer infecciones frecuentes, moretones y sangrado por falta de leucocitos y trombocitos, respectivamente”, abundó.
Explicó que el tratamiento más común son las transfusiones sanguíneas, pero administrarlas por tiempo prolongado provoca sobrecarga de hierro, que puede dañar órganos como hígado, corazón y cerebro.
“Además de que implica largas y frecuentes visitas al hospital que suponen peligros para la salud y la economía de los pacientes”, explicó.
En México, dijo, hay un agente de maduración de glóbulos rojos que ayuda a reducir las transfusiones y, con ello, el impacto sobre la disponibilidad limitada de sangre que prevalece en el país y el mundo.
Sin embargo, exhortó a los pacientes a preguntar si en sus instituciones de salud existe el tratamiento.
Finalmente, reiteró que uno de los desafíos es el diagnóstico temprano, por lo que ante cualquier sospecha recomendó acudir con un especialista para, en caso de ser necesario, iniciar la terapia lo más pronto posible.