Acapulco (México), 25 nov (EFE).- Al cumplirse un mes del paso del huracán Otis, el más potente en la historia de México, la devastación prevalece en Acapulco, donde sus habitantes critican la respuesta tardía del Gobierno para apoyar a los más de 250.000 damnificados.
Las calles de Acapulco, una de las ciudades más turísticas de México, continúan llenas de basura, la mayoría de los edificios de primera línea de playa mantienen solamente su esqueleto, las casas de los cerros permanecen llenas de lodo y múltiples familias todavía no encuentran a sus familiares que desaparecieron aquella noche en medio de la lluvia y el viento o bajo los escombros.
Las autoridades, tanto locales como estatales y federales, aseguran que están poniendo todos sus esfuerzos para que Acapulco se recupere y los acapulqueños trabajan día y noche con el mismo fin, pero aseguran que necesitan más ayuda.
“La verdad es que tenemos destrozado Acapulco y no fue solamente una parte, fue todo Acapulco, todos los que más tienen, los que tienen poquito, los que tienen medianos, a todos nos dio, entonces sí está complicado. Necesitamos más ayuda”, dijo en una entrevista con EFE Jesús Zamora, dueño de varios restaurantes de la ciudad y presidente de infraestructura del Consejo Consultivo de Turismo.
Entrevistado en uno de sus restaurantes que sufrió muchos menos daños que otros de la Costera de Acapulco, dice que se siente “más o menos relajado” cuando está en este lugar, pero cuando sale a la calle vuelve a ser consciente de las dificultades por las que está pasando su ciudad y lo mucho que falta para que regrese la normalidad.
“Cuando sales a la calle te vuelve la tristeza y vuelves a ver que todo está ahí y no le ves para cuándo”, sentenció.
Deslaves, lodo y basura
Del mismo modo, los vecinos de las zonas altas de Acapulco, muchos de los cuales perdieron sus casas a causa de los deslaves, ven muy lejano el momento en el que vuelva la normalidad, puesto que la maquinaria avanza muy lentamente, no son suficientes, y tienen que moverse a diversas partes de la ciudad antes de haber terminado su trabajo.
Además de enfrentarse a no tener una casa habitable, algunos han perdido a varios familiares. La cifra oficial es de 50 muertos y 30 desaparecidos.
El jueves, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, visitó Acapulco y prometió reconstruir “en muy poco tiempo” la ciudad al defender la respuesta de su Gobierno tras cuatro semanas del huracán Otis, mientras habitantes protestaban para denunciar la falta de apoyos y la persistencia de desaparecidos.
“Estamos hablando de (reconstruir) 250.000 casas y queremos hacerlo en muy poco tiempo, que podamos tener las casas nuevas, rehabilitadas, pintadas, de los colores que nos gustan”, declaró el mandatario en su conferencia matutina.
El gobernante mexicano ha recibido cuestionamientos por la cifra oficial de muertos (50) y la atención tardía de los damnificados en Acapulco y Coyuca de Benítez, los dos municipios más dañados, pero él ha acusado a sus “adversarios” de difundir que el ciclón dejó más de 300 muertos.
La agencia Fitch calculó en 16.000 millones de dólares las pérdidas catastróficas por el huracán, mientras que las cámaras empresariales previeron dos años y hasta 300.000 millones de pesos para la reconstrucción de Acapulco.
Aún así, el presidente justificó el presupuesto de su Gobierno, que el 1 de noviembre estimó en 61.313 millones de pesos las reparaciones y apoyos sociales.
Censos y enseres
Hasta ahora, el Gobierno ha entregado 11.836 paquetes de enseres domésticos de un total de 250.000, más de 1 millón de despensas y aseguran haber comenzado la entrega de apoyos de entre 35.000 pesos y 60.000 pesos a personas con una vivienda o un local comercial afectado.
El empresario Jesús Zamora aseguró que los establecimientos de prestadores de servicios turísticos ya fueron censados pero que hasta el momento no han recibido ninguna ayuda económica.
Una vecina de la colonia Colosio, Teresa Colin, relató a EFE que en su zona hubo entrega de enseres: colchón, estufa, juego de sartenes, licuadora, refrigerador y ventilador después de que la Secretaría de Bienestar hiciese un censo.
Aun así, el problema más grave para ella es que el agua es muy escasa todavía en esa y otras zonas donde las calles siguen llenas de basura y muchas casas que se derrumbaron no han sido limpiadas, lo que “ya ha provocado que haya enfermos”.
Por último, Zamora aseguró que, al contrario de lo que dijo López Obrador recientemente, Acapulco no estará recuperado para diciembre, la mejor temporada para el turismo en Acapulco y la principal fuente de ingresos para gran parte de su población.
“Yo quisiera tener lleno mi negocio y que todos mis compañeros los tuvieran. No solo por mí, los náuticos ya llevan un mes sin ganar un solo peso y encima de eso perdieron todo su patrimonio. Definitivamente no es posible, no van a estar restablecidos ni los restaurantes ni los hoteles en diciembre”, sentenció.
Los hoteleros previeron una recuperación del 20 % en el hospedaje disponible en diciembre y de hasta 50 % para Semana Santa.
“Queremos que vengan (los turistas), pero que nos ayude el Gobierno federal para que se restablezcan todos los negocios y Acapulco vuelvo a brillar”, terminó el empresario.
Inés Amarelo