Washington, 7 ene (EFE).- Funcionarios estadounidenses mostraron su preocupación de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pueda considerar ampliar la lucha a el Líbano como clave para su supervivencia política, según un artículo publicado este domingo por el diario Washington Post.
Más de una docena de funcionarios de la administración de Joe Biden y diplomáticos hablaron con The Washington Post para discutir la “delicada situación” militar entre Israel y el Líbano.
Dos de esas fuentes alertaron además de que una nueva evaluación secreta de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) estadounidense concluyó que será difícil para las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) tener éxito en una posible incursión en Líbano porque los activos y recursos militares de Israel están demasiado dispersos por el conflicto en Gaza.
Todo ello, señala el diario, en medio de críticas internas a Netanyahu por el fracaso de su gobierno en impedir el ataque de Hamas del 7 de octubre, que mató a unas 1.200 personas y dejó más de dos centenares de rehenes y desató una guerra que acumula ya más de 22.300 muertos palestinos.
Miles de israelíes salieron a protestar la noche del sábado a las calles de Tel Aviv y otras ciudades del país para exigir la liberación de los rehenes que el grupo islamista Hamás sigue manteniendo cautivos en Gaza y para demandar nuevas elecciones generales, así sea en tiempos de guerra.
Se trató de la primera manifestación antigobierno importante desde que estalló la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre. Los manifestantes consideran que el actual Gobierno es el culpable del ataque que perpetró Hamás y piden que Netanyahu renuncie y se celebren nuevas elecciones.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, partió el jueves por la noche hacia Oriente Medio por cuarta vez desde que Israel inició la guerra en Gaza y su principal objetivo es evitar que la guerra se expanda a Líbano.
Blinken llegará a Israel el lunes, donde discutirá medidas específicas para “evitar una escalada”, dijo su portavoz, Matt Miller, al comienzo del viaje.
Según los funcionarios estadounidenses consultados por el Washington Post, el propio Hizbulá quiere evitar una escalada importante y el líder del grupo, Hasan Nasrallah, está tratando de mantenerse alejado de una guerra más amplia.
Los funcionarios temen que un conflicto a gran escala entre Israel y el Líbano supere el derramamiento de sangre de la guerra entre Israel y el Líbano de 2006 porque el grupo está mejor armado.
“El número de víctimas en el Líbano podría oscilar entre 300.000 y 500.000 e implicar una evacuación masiva de todo el norte de Israel”, dijo al diario Bilal Saab, experto en Líbano del Instituto de Oriente Medio.
La aviación israelí atacó este domingo posiciones del grupo chií Hizbulá en Líbano, tras interceptar una “aeronave hostil” que había entrado en Israel, informó en un comunicado el Ejército israelí.
Hizbulá lanzó el sábado al menos 62 proyectiles contra uno de los principales centros de inteligencia en el norte de Israel, en su primera respuesta al asesinato el martes del número dos del movimiento islamista palestino Hamás, Saleh al Arouri, a las afueras de Beirut en un bombardeo atribuido a Israel.
La frontera israelí-libanesa vive su mayor tensión desde la guerra entre Hizbulá e Israel en 2006, a raíz de un recrudecimiento de las agresiones por parte de milicias propalestinas al día siguiente del estallido de la guerra entre el grupo islamista Hamás e Israel en Gaza el pasado 7 de octubre.
Las hostilidades se han incrementado aún más tras el bombardeo que el martes mató en Beirut a Saleh Al Arouri, jefe adjunto de Hamás, en una acción atribuida a Israel, que no reconoció ni negó la operación.
Israel ha desplegado más de 200.000 soldados en su frontera norte, donde la violencia también ha provocado el desplazamiento de miles de habitantes, con unas 80.000 personas evacuadas de comunidades del norte de Israel y más de 70.000 que han huido del sur del Líbano.