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May 3, 2024

Kibutz Blinken: la acampada que exige alto el fuego ante la casa del secretario de Estado

Fotografía de un cartel que señala la dirección de la residencia del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, durante un campamento improvisado bautizado como Kibutz Blinken, en referencia a las comunas agrícolas israelíes y levantado por un grupo de activistas propalestinos frente a la residencia del jefe de la diplomacia estadounidense en McLean, Virginia (Estados Unidos). EFE/Octavio Guzmán

Washington, 13 feb (EFE).- Un grupo de activistas propalestinos llevan acampados desde hace tres semanas frente a la casa del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a quien responsabilizan del “genocidio” en Gaza y le exigen que interceda para un alto el fuego en la ofensiva de Israel.

Bautizado como “Kibutz Blinken”, en referencia a las comunas agrícolas israelíes, el campamento fue instalado el 25 de enero a un lado de la carretera donde se ubica la residencia del jefe de la diplomacia estadounidense, a las afueras de Washington.

Una veintena de personas esperan cada mañana el convoy que traslada a Blinken hacia el Departamento de Estado para increparlo y lanzarle pintura roja que emula la sangre de las víctimas palestinas del conflicto.

“Gaza ha estado bajo un bombardeo bárbaro y salvaje durante casi 130 días. Ha habido atrocidades masivas, pérdidas de vidas humanas, 13.000 niños asesinados”, dijo este martes a EFE Hazami Barmada, organizadora de la protesta.

“Estamos frente a la casa del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, porque difunde la propaganda que justifica la violencia y las atrocidades que están ocurriendo”, añadió esta activista estadounidense de origen palestino, en medio de una intensa nevada.

Fotografía de la residencia del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken en McLean, Virginia (Estados Unidos). EFE/Octavio Guzmán

Los manifestantes gritan consignas en las que apodan al jefe de la diplomacia estadounidense como “sanguinario Blinken” o “secretario de genocidio”, y afirman que tiene “las manos manchadas de sangre”.

También critican al personal del Servicio Secreto que se encarga de la seguridad del domicilio por “proteger a un criminal de guerra”.

Al pasar, algunos vehículos hacen sonar el claxon en señal de apoyo a la protesta, a la que se suelen sumar más personas los fines de semana.

Blinken, una de las caras más visibles de la Administración de Joe Biden, ha llevado cabo seis giras en Oriente Medio desde el inicio del conflicto, la última la semana pasada, en la que buscó un acuerdo que facilite una tregua de los bombardeos israelíes a cambio de la liberación de los rehenes de Hamás en Gaza.

Con el paso de los días, la policía ha incrementado el perímetro de seguridad de su casa, ha instalado nuevas cámaras de vigilancia y ha cercado con barricadas las cinco carpas que forman el campamento propalestino.

“El Servicio Secreto tiene miedo de nosotros. Es notorio que Blinken y su equipo están extremadamente incómodos por nuestra presencia”, explicó Barmada, quien vive las 24 horas del días frente a esa casa.

Fotografía de un campamento improvisado bautizado como Kibutz Blinken, en referencia a las comunas agrícolas israelíes y levantado por un grupo de activistas propalestinos frente a la residencia del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken en McLean, Virginia (Estados Unidos). EFE/Octavio Guzmán

La activista exigió un alto el fuego en Gaza, aunque lamentó que esta sea una solución cada vez más “obsoleta” dado el alto nivel de destrucción en el que ya se encuentra la franja.

La guerra arrancó el pasado 7 de octubre cuando el brazo armado del grupo islamista Hamás perpetró un ataque en Israel que dejó 1.200 muertos y más de 200 secuestrados.

Desde entonces, Israel ha acometido una ofensiva por tierra, mar y aire contra el enclave palestino que ha acabado con la vida de más de 28.000 personas, muchas de ellos niños, y ha causado una crisis humanitaria sin precedentes.

Biden ha expresado su firme apoyo al plan de Israel para erradicar a Hamás, pero con el avance del conflicto ha aumentado la presión sobre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que evite la muerte de civiles y facilite la creación de un Estado palestino una vez terminada la guerra.

Estados Unidos, sin embargo, sigue suministrando armamento a Israel y se opone a cualquier resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que pida un alto el fuego permanente en Gaza.