Washington, 22 feb (EFE).- Seis días después de que la Suprema Corte de Alabama dictaminara que los embriones congelados son niños, las clínicas de fertilidad del estado se encuentran analizando las implicaciones legales para los médicos de una polémica decisión que podría tener consecuencias legales impredecibles.
En las últimas horas, dos clínicas de fertilidad han suspendido parte de sus programas de tratamiento de fecundación in vitro esperando ver qué consecuencias civiles puede tener sus médicos.
La clínica de Alabama Fertility en Birmingham ha sido la última en anunciar que ha “pausado las transferencias de embriones durante al menos uno o dos días”, según Penny Monella, directora de operaciones de Alabama Fertility Specialists.
El miércoles, el sistema de salud de la Universidad de Alabama en Birmingham se convirtió en la primera organización del estado en confirmar que está pausando los tratamientos de fecundación in vitro por las preocupaciones legales, a raíz del fallo del tribunal.
La decisión, sin precedentes, del Supremo de Alabama declara que quienes destruyan un embrión congelado pueden ser considerados responsables de su muerte, y se apoya en el lenguaje antiaborto de la Constitución del estado.
El fallo ha traído numerosas críticas de organizaciones que alertan de las implicaciones que podría tener a nivel nacional. En una entrevista con CNN, Dana Sussman, subdirectora ejecutiva del grupo de defensa legal Pregnant Justice, afirmó que un grupo religioso ya está utilizando el fallo de Alabama como precedente en un caso sobre el derecho al aborto en Florida.
“Esto es parte de una marcha larga y estratégica hacia el afianzamiento de esta ideología de la personalidad fetal, que está en el centro del control de las personas embarazadas, sus decisiones y los resultados de sus partos”, afirmó.
Según el fallo del tribunal, “los niños no nacidos son niños, sin excepción por su estado de desarrollo, lugar geográfico o cualquier otra característica secundaria”.
Uno de los jueces, de hecho, se basó en la Biblia para defender que no se puede destruir ninguna vida humana por contener todas la imagen de Dios “incluso antes de nacer”, según escribió en una opinión concurrente.
Según ha manifestado la Asociación Médica de Alabama, tal fallo supondrá que los especialistas en fertilidad tengan “un enorme potencial de responsabilidad civil”, ya que los embriones pueden dañarse o volverse inadecuados para el embarazo en cualquier momento durante un proceso de fecundación in vitro.
Además, el fallo supondría que los padres no pueden optar por descartar embriones en situaciones como el divorcio o el fallecimiento de uno de los dos.
Aunque ha despertado numerosas críticas de la comunidad médica, también ha recibido algunas alabanzas, como la de la precandidata presidencial del Partido Republicano y exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, quien manifestó en una entrevista en televisión que está de acuerdo con la decisión judicial ya que los embriones son “bebés”.
“Para mí, los embriones son bebés” y “cuando hablas de un embrión, para mí estás hablando de que eso es una vida”, afirmó la precandidata republicana a NBC News.
Alabama es uno de los 21 estados del país, sin embargo, que permiten aún la pena de muerte, según datos del Centro para la Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, en inglés).