Tijuana, 7 jun (EFE).- Inconformes con la nueva política migratoria que limita las solicitudes de asilo para migrantes, las organizaciones Ángeles Sin Fronteras y Alianza Migrante de Tijuana buscarán desde este viernes persuadir a personas en movilidad para que no crucen la frontera México-Estados Unidos de forma irregular y evitar una crisis de deportaciones.
Los representantes de dichas organizaciones señalaron que buscan una tregua y amagaron que, en desacuerdo a la medida que plantea las deportaciones de migrantes de otros países hacia México, podrían manifestarse en el consulado estadounidense y montar un bloqueo de comunicaciones a puertos fronterizos.
“Todavía no está sucediendo eso, pero si comenzamos a ver cantidades grandes de deportados, vamos a protestar y les vamos a bloquear las garitas, no vamos a esperar, al contrario, nosotros se las vamos a cerrar a ellos, porque no podemos permitir que nos generen aquí una crisis, y nos vamos a manifestar en el consulado también”, advirtió Sergio Tamai, director de Ángeles Sin Fronteras.
No obstante, precisó que el primer paso es buscar una tregua hasta el 4 de julio, en unión entre organizaciones para decirles a los migrantes que no crucen para evitar ser perjudicados.
Recordó que al día siguiente de alcanzar el límite de 1.500 ingresos diarios, las autoridades del otro lado de la frontera norte de México comenzarán las deportaciones.
El activista pidió soluciones alternas como la aplicación CBP-ONE que dijo redujo completamente la entrada irregular de migrantes.
Señaló que los migrantes “son gente pacífica, que quieren un camino legal y que si les dan facilidades lo van a hacer de esa manera”.
Resaltó que este tipo de medidas incitan a los migrantes a tomar caminos como brincarse un muro, entre otros tipos de entradas irregulares.
Tamai dijo que su primera meta es que durante 10 días se logren menos de 1.500 cruces para ver si el presidente de EE.UU., Joe Biden, cumple con no deportar bajo ese rango.
El activista también promovió que en México se continúe con las políticas que ayudan a los migrantes con trámites para que accedan a una residencia y trabajo.
Tamai también recriminó que el retorno de los deportados supone un desafío a los albergues y organizaciones sociales, ya que no cuentan con recursos del Gobierno y se manejan sobre todo con donativos privados.
“Aquí podemos atender a los migrantes, eso no es problema, porque somos hermanos, pero, con qué recursos los vamos a atender si no les dan apoyos a los albergues”, dijo.