San José, 19 jun (EFE).- Doce artistas nicaragüenses refugiadas en Costa Rica lanzarán el jueves un álbum musical para concientizar sobre el exilio masivo causado por los autoritarismos latinoamericanos, dijo este miércoles a EFE una de las compositoras, Kenya Nairoby Martínez.
El disco, llamado ‘Monarca, memoria sonora del exilio’ y que incluye 12 obras, aborda temas como la migración forzada, injusticias sociales, muerte, dictaduras y autoritarismo, violación de derechos humanos, defensa de los pueblos originarios y su territorio, entre otros, indicó Martínez, exiliada en Costa Rica desde octubre de 2021.
La artista explicó que el álbum retrata la memoria colectiva de las personas que sufrieron el desplazamiento forzado de Nicaragua hacia Costa Rica a partir del estallido social de 2018, “vivido en carne propia por las compositoras del disco”, por lo que, valoró, se trata de una especie de crónica musical y poética en la que participaron también artistas de Colombia, Costa Rica, El Salvador y Venezuela.
Canciones abordan la migración forzada y sus secuelas
Las canciones transitan también la nostalgia y el dolor por dejar el país de origen, la familia y los amigos, los amores y sueños truncados, la xenofobia, la esperanza por un mañana mejor, los desafíos de adaptarse a nuevas culturas, entre otras realidades comunes en Latinoamérica.
“En ‘Monarca’ queremos expresar muchas cosas que vienen desde la interseccionalidad que nos atraviesa” tras haber tenido que migrar de manera forzada, como el dolor, el sufrimiento, la injusticia, la impotencia, el desgano, el enojo, la dificultad de adaptarse a otro país, la sed de justicia, puntualizó.
“Es un abrazo a esa tristeza, a esa rabia, a esos momentos de alegría también, porque no todo es negativo”, razonó la artista, nacida en Managua en 1992, y que también es titiritera y cuentacuentos.
Con estudios en Lengua y Literatura, Martínez sostuvo que ese álbum “también es como una especie de crónica, porque hay canciones que hablan meramente de las marchas” que inundaron las calles de Nicaragua entre abril y mayo de 2018 en protesta contra el Gobierno que preside Daniel Ortega.
Destacó que para las artistas es importante hacer memoria histórica a través del arte, principalmente con la música, “que llega de manera casi natural y espontánea a las personas”.
Las mariposas y los monarcas
Sobre el nombre del disco, ‘Monarca, memoria sonora del exilio’, la artista nicaragüense dijo que hace alusión a las semejanzas entre las mariposas monarcas y los movimientos migratorios latinoamericanos.
“También las mariposas están de lugar en lugar, de flor en flor, y es tan importante que vayan de un lugar a otro dejando su aporte a la naturaleza, que es como somos los migrantes, que damos un gran aporte a las sociedades”, ilustró.
Además, el nombre es una sátira a las “monarquías” latinoamericanas, matizó la joven.
“Las dictaduras, como la de Nicaragua, como la de Venezuela, donde se creen reyes, los monarcas, donde se pasan el poder entre ellos, como familia, (que) son como una especie de oligarquía de izquierda, entonces también es eso: no son, (pero) quieren ser los monarcas, pero no lo son”, explicó.
Martínez dijo que el concierto de lanzamiento de ese álbum se realizará en el teatro Eugene O’Neill, del Centro Cultural Costarricense-Norteamericano, en San José, en el marco del Día Mundial del Refugiado que se conmemora el 20 de junio.
Las 12 refugiadas nicaragüenses forman parte del Colectivo de Productores Audiovisuales y Artistas Latinoamericanos (Copal), una asociación de artistas y productores fundada en San José y que nació a raíz de la “ola de migración forzada de artistas de Nicaragua hacia Costa Rica”, y cuya misión es fomentar la cultura y promoción del arte en sus distintas expresiones, de acuerdo con la artista.
‘Monarca’, que será subido a las plataformas digitales antes de que finalice este año, es un trabajo discográfico producido por el Copal, con patrocinio del Programa Comunidades Inclusivas de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), y el apoyo de la Asociación Intercultural de Derechos Humanos y el Centro Cultural de España en Costa Rica.