Chicago (EE.UU.), 21 ago (EFE).- El demócrata Mark Kelly ha sido piloto de las Fuerzas Armadas de EE.UU., astronauta de la NASA y, desde hace cuatro años, senador por Arizona. Su nueva misión, explica a EFE en una entrevista, es catapultar a Kamala Harris a la Casa Blanca y, de una vez por todas, enviar a Donald Trump al “basurero de la historia”.
Con un perfil competente en seguridad fronteriza o control de armas, Kelly, de 60 años, llegó a ser considerado por la campaña de Harris como posible compañero de fórmula y aspirante a la Vicepresidencia, pero el equipo demócrata acabó decantándose por el gobernador de Minesota, Tim Walz, cuyo perfil podría apelar al voto de la clase trabajadora blanca del medio oeste.
Durante una entrevista con EFE en los pasillos del estadio de Chicago donde se celebra la Convención Nacional Demócrata, Kelly se limita a responder con una sonrisa cuando se le pregunta si le hubiera gustado ser vicepresidente.
“Me siento entusiasmado de poder hacer todo lo posible para que Kamala Harris y Tim Walz lleguen a la meta”, contesta, y enseguida pasa a un plano más personal contando que Walz y su esposa, Gabby Giffords, son “grandes amigos” desde hace tiempo.
La razón, explica, es que Walz antes de ser gobernador por Minesota fue legislador de la Cámara Baja entre 2007 y 2019 y coincidió entonces con su esposa, Gabby Giffords, quien llegó al Congreso el mismo año, 2007, pero tuvo que renunciar a su escaño en 2012 después de resultar gravemente herida en un tiroteo dirigido contra ella.
Kelly no escatima en elogios para Walz, quien intervendrá esta noche ante la convención demócrata y al que alaba por su experiencia militar de 24 años en diversas unidades y puestos de la Guardia Nacional, su trayectoria como profesor de secundaria en una escuela de Minesota y entrenador de fútbol.
“Él es un gran compañero de fórmula para Kamala Harris, y los dos van a vencer a Donald Trump y enviarlo de una vez por todas al basurero de la historia”, dice con regocijo.
Kelly está convencido de que Harris será la próxima presidenta de Estados Unidos. “El contraste entre Donald Trump y Kamala Harris no podría ser más evidente”, afirma.
Mientras Trump quiere “arrastrar” al Estados Unidos al pasado, la vicepresidenta es “la persona destinada a dirigir el país hacia el futuro” con políticas que beneficien a todos los estadounidenses, asegura.
Kelly, que dará su propio discurso el jueves ante el cónclave demócrata, afirma estar comprometido en hacer todo lo posible para que ambos ganen en Arizona, un estado bisagra indispensable que conquistó en 2020 el demócrata Joe Biden, pero que fue a parar al campo republicano de Trump en 2016.
Considerado como el heredero del escaño del republicano John McCain y que, como él, se ha labrado fama de independiente, Kelly se muestra entusiasmado por la campaña de Harris y cuenta que, cuando fue con ella la semana pasada a hacer campaña en Arizona, pudo sentir un “entusiasmo fuera de lo común”.
“Nunca había visto nada igual en un evento político, y he estado haciendo esto durante un tiempo. Fue fantástico”, afirmó.
De cara al futuro, Kelly podría jugar un papel clave en definir la política migratoria de Harris. Como senador por Arizona, estado fronterizo con México, se ha convertido en una de las voces más potentes del partido sobre este tema, y según cuenta durante la entrevista, ya ha conversado con la vicepresidenta sobre los desafíos que afronta la frontera.
Según explica, Harris quiere sacar adelante una legislación migratoria que fue negociada este año por demócratas y republicanos para reforzar la frontera y restringir el sistema de asilo, pero que no pudo ser aprobada en el Congreso debido a que Trump presionó a sus correligionarios para que no lo hicieran y así poder usar el tema en la campaña.
“Trump no quiere hacer nada sobre inmigración ni seguridad fronteriza, hablará de ello, pero no quiere hacer nada al respecto”, arremete Kelly.
Por el contrario, asegura que Harris está comprometida con lograr que las familias de migrantes que llevan años viviendo en EE.UU. puedan permanecer juntas y, por ello, espera que se abra un camino para que los “soñadores” -jóvenes que llegaron de niños al país de manera irregular- puedan acceder a la ciudadanía.
“Los soñadores son tan estadounidenses como mis propios hijos, y merecen un camino hacia la ciudadanía”, afirma contundente Kelly.
